En un mundo cada vez más dependiente de datos biométricos, los pequeños surcos que se arremolinan en las puntas de nuestros dedos, las huellas dactilares, se han convertido en el dato más recopilado del mundo.
Una familia de Bangladesh se encuentra día a día con grandes dificultades en aspectos tan básicos como el poder viajar entre países u obtener la Tarjeta de Identidad Nacional porque hay una enfermedad que afecta a esta familia y recibe el nombre de adermatoglifia, o lo que es lo mismo: no tienen huellas dactilares. Y esto resulta un grave problema para ellos a la hora de tener una vida normal y poder realizar gestiones administrativas.
Para ello varios de sus miembros acaban de recibir un nuevo tipo de tarjeta de identidad nacional, en la que la se utilizan otros datos, como el escaneo de la retina y de reconocimiento facial.
Sin embargo, esta familia vive en una sociedad que no ha evolucionado demasiado para solucionar este problema. A día de hoy siguen sin poder obtener documentos como el carné de conducir o un pasaporte que les permita poder viajar fuera de Bangladesh.