Cuando pensamos en razas de perros, enseguida se nos vienen a cabeza ejemplares de huskies, beagles y pastores alemanes: la raza Daschund, cuyos ejemplares reciben el nombre popular de "perro salchicha", es otra raza canina también muy popular entre los amantes de los mejores amigos del hombre.
Sin embargo, la continuidad de esta raza se está poniendo en entredicho precisamente en su país de origen: Alemania. Allí, la aprobación de la nueva Ley de Bienestar Animal podría prohibir la crianza de esta y otras razas de perro: el Ministerio de Agricultura, dirigido por Özdemir Cem, busca acabar con la crianza "sin escrúpulos" de perros con características genéticas que, con el paso de los años, pueden desembocar en enfermedades degenerativas que causen sufrimiento a los animales.
El sufrimiento de los perros salchicha
El adorable aspecto de los perros salchicha es resultado de una "anomalía esquelética", que da lugar al alargado lomo de estos canes: a pesar de que los cachorros más jóvenes pueden desenvolverse con naturalidad, los Daschund más mayores pueden sufrir dolores lumbares, hernias y dificultades importantes para moverse. La asociación animalista Peta ya se ha pronunciado acerca de esta propuesta, afirmando que los únicos perros salchicha "legales" deberían ser los que habitan en las perreras municipales.
Los criadores responden
A pesar de que Cem ha señalado que no busca extinguir esta especie, sino acabar con la crianza masiva, la Asociación de Criadores de Perros Alemanes ya se han opuesto a esta medida.
"Protegemos a nuestros perros salchicha de la intrusión de fuerzas ideológicas. Es necesario un frente unido", ha señalado Josef Ramacher, presidente de la Deutscher Teckelclub, una asociación de crianza de perros salchicha fundada en 1888. Este club ha elaborado incluso una carta para los parlamentarios alemanes, tratando de convencerles para no seguir adelante con esta iniciativa.
Los problemas derivados de la crianza selectiva
Esta ley, que pretende acabar con la crianza de animales de rasgos genéticos concretos, también podría sancionar a los criadores de animales sin pelo o gatos sin orejas, por las desventajas adaptativas y el sufrimiento derivado de estas condiciones que deberán afrontar los animales a lo largo de su vida.