La viruela es una enfermedad que se piensa que se pudo haber originado hace aproximadamente 3.000 años en la India o en Egipto. De hecho, se ha demostrado que el propio Faraón Ramsés V contrajo la enfermedad ya que en sus restos momificados aparecen estas marcas tan distintivas en su piel, según explica el 'National Geographic'. Finalmente, la enfermedad terminó por expandirse hacia Asia, África, Europa y América.
¿Qué es la viruela y qué síntomas presenta?
El departamento de Sanidad de Nueva York explica en su página web que "la viruela es una enfermedad aguda, contagiosa y a veces mortal causada por el virus variola y con la presencia de fiebre y erupciones en la piel que se van extendiendo".
Los primeros síntomas de la viruela aparecen entre los primeras 7 y 17 días, aunque "durante esos días la persona infectada se siente bien y no es contagiosa".
- Fiebre alta
- Dolor de cabeza
- Dolor de cuerpo
- Vómitos
Más tarde empiezan a aparecer los primeros síntomas en la piel con un sarpullido o erupción que se extiende por todo el cuerpo generando ampollas llenas de pus, que finalmente terminan encostrándose y cayéndose, dejando cicatrices en la piel.
¿Cómo se contagia la viruela?
La viruela es una enfermedad que se contagia mediante el contacto con personas infectadas, por el roce o por gotas de saliva. "Por lo general para transmitir la viruela de una persona a otra se requiere un contacto directo, cara a cara, relativamente prolongado", dice el departamento estadounidense.
Asimismo, también se puede transmitirse mediante el contacto con objetos contaminados, como pueden ser la ropa, sábanas o toallas.
El papel de España en la vacuna de la viruela
En el siglo XVIII una epidemia de viruela acabó con la vida de muchas personas. Lo que se hizo para luchar contra este virus fue recurrir a la variolización, una técnica por la que se hacían unas incisiones en la piel del paciente sano y se introducía por ahí un poco de pus, de la sustancia procedente de las pústulas de otra persona que sí estuviera infectada de viruela. A continuación se cerraba la incisión y a esa persona le dejaba aislada hasta que pasara la enfermedad de forma se supone que más leve, después de lo cual quedaba inmunizada.
El rey Carlos IV, además de inocular a tres de sus hijos (Fernando, Carlos Isidro y Francisco de Paula), fue el rey que apoyó y sufragó la primera campaña sanitaria de la historia de la humanidad, una expedición filantrópica para llevar a los territorios del imperio español la vacuna de la viruela que había ya descubierto en 1798 Edward Jenner.
En esta expedición filantrópica participaron el médico que la promovió, el doctor Francisco Javier Balmis, y la enfermera llamada Isabel Zendal Gómez. Lo que hicieron fue enviar a 22 niños expósitos (niños recién nacidos abandonados) de entre 3 y 9 años, que eran la propia vacuna y por eso eran conocidos como niños vacuníferos.
Según apuntó el novelista Javier Moro durante una entrevista en 'Más de uno' a raíz de su libro 'A flor de piel': "Hasta que acabé mi libro no me di cuenta de la importancia de la expedición, que no solo fue llevar la vacuna de la viruela a América, lo que hicieron fue inventar la vacunación, porque fueron con un plan", y recordó que "era la primera vez en la historia que se mezclaban fluidos animales con fluidos humanos".
Si no llega a ser por el esfuerzo de Carlos IV no se hubiera erradicado la viruela
Balmis y Zendal fueron convenciendo a los párrocos de las aldeas más remotas de América para que llevasen otro cuaderno de la vacunación de cada niño, paralelo al de bautismo y enseñaron a los misioneros a vacunar. "Es una hazaña sensacional, el tamaño de aquella expedición fue brutal", dijo Moro y alegó que "si no llega a ser por el esfuerzo de Carlos IV no se hubiera erradicado la viruela".
¿Cuándo se erradicó la viruela?
Finalmente, después de un programa masivo de vacunación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), finalmente confirmó que se había erradicado la enfermedad en 1979. De hecho, en Estados Unidos se dejó de administrar la vacuna en 1972 y en España, desde 1980.