"Desde siempre, la operación bikini ha estado dirigida a las mujeres (...) apelar a ella es recordar que tenemos que someternos a una dieta o a hacer ejercicio para que podamos ir a la playa con el cuerpo adecuado. Tiene que amoldarse a un corsé para ser exhibido". Así de contundente se muestra Juana Gallego, escritora y articulista experta en Género y Comunicación, sobre una de las expresiones que, a buen seguro, más acostumbrados estamos a escuchar, durante estas fechas y en los meses posteriores.
En este sentido, Gallego sostiene que la presión social que se ejerce contra las mujeres "es brutal", ya que la aceptación de las niñas y mujeres depende de que sean atractivas y tengan un físico de acuerdo con lo que se valora en cada momento: "Hay una auténtica guerra simbólica contra las mujeres que las obliga a ser perfectas físicamente. El acento se pone, sobre todo, en el aspecto, nunca en las capacidades intelectuales o de otro tipo".
De esta manera, la autora de Muere una mujer o Eva devuelve una costilla: el nuevo estado de consciencia de las mujeres, denuncia, así, que las mujeres tienen que cumplir con los mandatos de delgadez y juventud. "Casi ninguna puede llegar al modelo ideal de delgadez y juventud permanente, y eso hace que casi siempre haya que estar a dieta".
El peligro de las redes
Pero la 'operación bikini' no solo tiene esa connotación sexista. También es un "nido de trastornos relacionados con la alimentación", que, para más inri, se ha visto agravado en los últimos años por las redes sociales. Así lo define Irene Lira, directora de Ita ABB Jerez y especialista en Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA): "El comienzo de esta dieta es un intento de solución de problemas emocionales más profundos, como miedos, traumas, inseguridades y/o problemas vinculares".
Las redes sociales y la publicidad nos muestran ideales de belleza prácticamente inalcanzables. Ya hay evidencias que demuestran que la imagen corporal, la autoestima y los patrones de alimentación se ven afectados negativamente por lo que se ve y se escucha en redes sociales. De hecho, un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona y publicado en 2021, destaca que Instagram afecta a la autoestima del 32% de las personas, sobre todo, en el aspecto físico.
Coincidiendo con ella, Carlota Acosta, nutricionista de la Consulta de Salud Holística e Integrativa No Sé Qué Cenar, define este concepto como una tendencia cíclica anual, que se convierte en un detonante y que daña la autoestima de las personas más susceptibles y con cierto historial de inmersión previa en la cultura de la dieta, especialmente aquellas con cuerpos más diversos y fuera de la normatividad.
Operación bikini: factores de riesgo y peligros
Irene Lira explica que los Trastornos de Conducta Alimentaria, en ocasiones provocados por la operación bikini, son enfermedades multicausales, por lo que, entre sus principales factores de riesgo, destacan: la baja autoestima, la exigencia, el perfeccionismo, baja tolerancia a la frustración, miedo a la madurez y distorsiones cognitivas tales como el pensamiento dicotómico o la falta de flexibilidad y la tendencia obsesiva.
No obstante, además de los TCA, la operación bikini también puede causar desequilibrios orgánicos, por ejemplo, carencias nutricionales que puede generar otro tipo de secuelas físicas. De acuerdo con Carlota Acosta, los efectos negativos principales de sumergirnos en la operación bikini tienen más que ver con el deterioro progresivo de la salud mental que de la salud física.
Obsesión o enfermedad
Las expertas explican que, el hecho de tener preocupación por el físico, darle excesiva importancia y realizar búsqueda de dietas, ya es un factor predisponente para poder desarrollar un TCA. "Comienzo a tener miedo a ciertos alimentos y/o dejo de hacer actividades porque implique realizar alguna ingesta. El cómo perciba mi cuerpo es motivo de cambios anímicos, cuando a través de esa bajada de peso siento mayor control sobre mi vida, cuando la fuente de satisfacción parte de lo que marque la báscula y cuando esa bajada de peso nunca es suficiente", describe Lira.
Por su parte, Carlota Acosta incide en que "nunca" es realmente saludable perder peso "para el verano", porque esto pone el foco en el cuerpo y promociona la idea de que "nuestro cuerpo sólo es válido para esa exposición cuando encaja en un canon determinado".