Nuestro cuerpo es homeotermo: es decir, nuestro metabolismo se ajusta para que la temperatura interna sea siempre constante. Cuanto más sube nuestra temperatura, más le cuesta a nuestro organismo realizar sus funciones fisiológicas, y más nos deshidratamos. Es decir, perdemos agua, que es fundamental para un buen funcionamiento de los órganos vitales.
Factores de riesgo
Los factores que más nos deshidratan y nos des regulan, incluyen:
- Altas temperaturas durante un tiempo prolongado.
- Un alto grado de humedad.
- Falta de viento.
- Contaminantes atmosféricos, en especial altos niveles de ozono o partículas en suspensión.
- Un entorno muy urbanita (conocido como "isla de calor").
Los efectos sobre tu salud
Los efectos que puede tener el calor sobre tu salud son muchos, y van desde ligeras molestias hasta poner en riesgo la vida. Entre los efectos más directos, están:
- Agotamiento: los efectos incluyen náuseas, vómitos, desmayos, dolor de cabeza, sudoración, sed, pulso irregular, respiración acelerada, etc.
- Calambres.
- Síncope o lipotimia: más habitual entre hipotensos e hipoglucémicos. Suele ser corto y puede llevar al desvanecimiento.
- Dermatitis: provoca picazón, hinchazón y enrojecimiento continuos.
- Golpe de calor: la temperatura sube rápido hasta los 40ºC, acompañada de confusión, delirios, dolor de cabeza, pulso acelerado e incluso convulsiones. Si no se trata rápido, puede causar un fallo multiorgánico con graves secuelas, o incluso la muerte.
La mayor parte de los ingresos hospitalarios y de mortalidad por calor, tienen que ver con el agravamiento de patologías previas. Los efectos indirectos incluyen:
- Agravamiento de enfermedades anteriores: sobre todo cardiovasculares, respiratorias y renales. Los síntomas van desde la hiperventilación y sudoración, hasta la formación de trombos o incluso infartos de miocardio.
- Enfermedades transmitidas por el agua.
- Intoxicaciones alimentarias: causadas por el consumo de alientos en mal estado. Incluyen gastroenteritis o brotes infecciosos.
- Alteraciones de la conducta: mal humor, irritabilidad, etc.
Los perfiles más afectados
La tolerancia al calor y la adaptación a los cambios de temperatura es diferente para cada persona. Influyen factores individuales, adaptativos,hábitos personales y sociales, e incluso el entorno.En general, los grupos de población más vulnerables o de riesgo son:
- Lactantes y menores de edad: muy sensibles por sus mecanismos de autorregulación aun formándose. Además, son más activos físicamente, se exponen más al Sol y más inconscientes.
- Mayores de 65 años: sobre todo ancianos que viven solos, con enfermedades crónicas, y discapacitados
- Personas dependientes o con poca autonomía.
- Embarazadas: más propensas a deshidratarse, aumentando el riesgo de un parto prematuro.
- Personas con enfermedades crónicas: en especial cardiovasculares, renales, neurológicas, respiratorias, diabetes, etc.
- Personas que consumen ciertos medicamentos: sobre todo antidepresivos, broncodilatadores, diuréticos, antihipertensivos, antiepilépticos, etc.
- Obesos.
- Trabajadores al aire libre y deportistas: están más expuestos por realizar un esfuerzo físico al sol y al calor.
- Personas en situación de exclusión solar.
- Viajeros y turistas originarios de zonas más frescas, poco acostumbrados a altas temperaturas.