Las quemaduras son problemas frecuentes los meses de verano. Pese a que muchas veces no conlleve más que unas pocas molestias, existen consecuencias muy perjudiciales por exponerse a la radiación solar. Esto no quiere decir que se tenga que evitar el sol, ya que aporta una de las vitaminas esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo: la vitamina D. Por ello, es necesario controlar el tiempo que pasamos a pleno sol y realizar acciones que prevengan las quemaduras.
Las quemaduras, por muy pequeñas e inofensivas que parezcan, pueden causar graves y profundos daños en la estructura del ADN. Estos aparecen por una exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV), que penetran hasta la dermis dejando un daño celular que en ciertos casos puede resultar permanente. Ejemplo de ello son los carcinomas, varios tipos de cáncer de piel que construyen casi el 95% de los casos detectados.
El cáncer de piel va en aumento en España. Los principales tipos son los carcinomas de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma. El año 2020, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) contabilizó un total de 47 casos por cada 100.000 habitantes. El que menor incidencia tiene es el cáncer por melanoma, que fue diagnosticado en 5.489 pacientes, mientras que los más frecuentes son los carcinomas con un total de 22.229 casos. Los datos a nivel mundial no son mucho mejores, ya que existen más de tres millones de casos de cáncer de piel no melanoma, y cada 9 minutos fallece una persona por esta enfermedad.
¿Cómo sé que me he quemado?
Pese a que muchas veces lo sepamos a primera vista, existen una serie de síntomas que varían según la gravedad de la quemadura. Cualquier parte que estuvo expuesta al sol, como el cuero cabelludo o incluso los ojos, es susceptible a sufrir una. La sintomatología suele mostrarse a las pocas horas de haberse expuesto al sol, aunque pueden pasar unos días antes de conocer su alcance. Estos son algunos de los signos que hay que buscar:
- Dolor y sensibilidad
- Hinchazón
- Cambios en el tono de piel (colores rosas o rojos)
- Piel caliente al tacto
- Pequeñas ampollas líquidas
- Dolor de cabeza, náuseas, fiebre y fatiga (en caso de que sea grave)
- Dolor ocular (como si se tuviera arena)
La muestra de que comienza a sanar es la descamación de la epidermis. Esta capa es la más superficial, y es la que se mantiene en contacto con el exterior. Tras esta etapa, la piel podrá mantener un color y un patrón irregular durante un tiempo. Este proceso puede durar varios días.
¿Qué puedo hacer para prevenir las quemaduras?
El cambio de los hábitos a la hora de exponerse al sol es esencial para evitar todos los problemas que pueden causar las quemaduras. Esta es una lista de acciones que puedes tomar para evitar las quemaduras:
- Evita tomar el sol y el auto bronceado en camas solares.
- Cúbrete cuando estés en el exterior. Puedes utilizar sombreros, ropa ancha que cubra todo el cuerpo y colores oscuros.
- Evita exponerte al sol entre las 10:00 AM y las 16:00 PM.
- Utiliza correctamente el protector solar. Hay que usarlo con mucha frecuencia, replicándolo cada 2 horas y tras nadar o sudar. Tendrá que tener una protección de 30 FPS o mayor, protegiendo contra los rayos ultravioleta A (UVA) y B (UVB). Es necesario cambiarlo cuando haya caducado o si tiene más de 3 años.
- Ponte gafas de sol. Los ojos son muy sensibles frente a los rayos solares, y por ello necesitan ser correctamente protegidos con unas lentes que cuenten con protección UVA y UVB.
- Protege de manera especial a los bebés y niños de uno a dos años. Los niños menores de 6 meses no deben utilizar protector solar, por lo que no tienen que estar expuestos directamente al sol. Habrá que utilizar ropa que proteja del sol y mantener a los niños a la sombra.
- Evita el uso de medicamentos fotosensibilizantes.
¿Qué complicaciones puede acarrear una quemadura?
La exposición repetida y prolongada a los rayos solares aumenta el riesgo de enfermedades y otros daños en la piel. Estos son algunas de las complicaciones más extendidas.
Envejecimiento prematuro
El sol acelera el proceso de envejecimiento de la piel. Los culpables de estos daños son los rayos ultravioleta, que provocan daños a nivel celular. Entre las consecuencias de este fotoenvejecimiento están:
- Debilitación del tejido conectivo
- Reducción de la resistencia y elasticidad de la piel
- Arrugas profundas
- Aparición de finas venas en rostro, nariz y orejas
- Manchas oscuras o decoloradas, también conocidas como máculas
- Aparición de pecas en rostro y hombros
- Piel áspera y seca
Lesiones cutáneas
Estas se exhiben en forma de mancha áspera y escamosa en aquellas zonas que hayan sufrido daños por la exposición solar. Las zonas más afectadas son la cara, la cabeza, el cuello y las manos de las personas con una piel más clara. Pueden ser precancerosas, es decir, pueden transformarse en cáncer de piel.
Cáncer de piel
El daño a nivel molecular puede modificar el ADN de las células cutáneas. Las quemaduras que más riesgo tienen de convertirse en un melanoma en el futuro, son las que se han sufrido durante la infancia y la adolescencia.
Las zonas que se mantienen más expuestas al sol son las más susceptibles a parecerlo: cuero cabelludo, cara, labios, orejas, cuello, pecho, brazos, manos, piernas y espalda. Pueden comenzar como un pequeño bulto o herida sangrante, que tras cicatrizar vuelve a abrirse. Hay que tener especial cuidado con los lunares, ya que en casos de melanoma puede cambiar de aspecto, y necesitará ser revisado por un dermatólogo.
Daño ocular
Un exceso de luz ultravioleta puede dañar la retina, el cristalino o la córnea. Estas pueden resultar en cataratas, una enfermedad ocular que suele ocurrir con la edad, en la que el cristalino se vuelve opaco.
¿Cuándo tengo que consultar a un médico?
La AECC estima que un millón y medio de pacientes a nivel mundial deciden no acudir a la consulta médica al comienzo de los síntomas sospechosos. Estos datos son alarmantes, ya que 33.000 muertes podrían hacer sido evitadas si hubieran buscado ayuda médica.
En caso de sufrir alguno de estos síntomas, es recomendable acudir al médico cuanto antes:
- La formación de ampollas
- Hinchazón grave
- Observar que la quemadura continúa extendiéndose por gran parte del cuerpo
- No parece mejorar tras unos pocos días
- Muestra signos de infección; dolor, pus o que unas ampollas abiertas desprendan unas rayas rojas
Si padeces algunos de estos síntomas, deberías buscar ayuda médica de inmediato:
- Desmayo
- Desorientación
- Fiebre de más de 39,4 grados centígrados
- Deshidratación