La guerra en Ucrania ha acrecentado el temor a una posible exposición nuclear, por lo que el interés por las pastillas o píldoras de yodo ha proliferado entre los ciudadanos europeos, que tratan de encontrar maneras en las que proteger su cuerpo ante la radiación. Son varias las naciones que han recomendado hacer acopio de este medicamento, por lo que su precio se ha visto triplicado desde el inicio de la contienda.
Pese a que el alarmismo de las últimas semanas puede ser injustificado, ya que la amenaza de armas nucleares continúa siendo relativamente baja en Europa, los cortes de energía en la central nuclear de Zaporinya han incrementado el riesgo de una fusión de núcleo. Además, el líder ruso Vladimir Putin no ha dudado en remarcar que utilizará "todos los medios necesarios" para ganar el conflicto en Ucrania, aludiendo a una posible guerra nuclear.
El último país en sumarse a la recomendación de adquirir una dosis para utilizarla en caso de emergencia ha sido Finlandia. Muchas farmacias finlandesas se quedaron sin existencias el pasado miércoles, después de un comunicado del Ministerio de Asuntos Sociales y Sanidad. "Un accidente en una central nuclear podría liberar yodo radiactivo en el medio ambiente, que podría acumularse en la glándula tiroides", señaló la institución el martes.
El ministerio ha sugerido que el uso se limite a personas entre los 3 y 40 años, ya que los riesgos potenciales que la exposición a la radiación supone es mayor en este grupo de edad. En ningún momento se hizo mención al conflicto ucraniano, subrayando que las recomendaciones de yodo correspondían a las establecidas con anterioridad por la Organización Mundial de la Salud.
¿Cómo funcionan las pastillas de yodo?
El yoduro de potasio, también conocido como KI, es capaz de ofrecer una protección específica contra un tipo de exposición a la radiación concreto. Funciona evitando que la tiroides, una glándula que produce hormonas situada en el cuello, pueda absorber yodo radioactivo. Este se libera en eventos relacionados con accidentes o ataques nucleares.
Consumir yodo radioactivo a través de los alimentos o incluso respirar en un ambiente contaminado puede aumentar el riesgo de padecer un cáncer de tiroides. Parece ser especialmente peligroso en niños, ya que sus células se multiplican y dividen de manera más rápida, facilitando la captación este yodo.
Según apunta la Organización Mundial de la Salud, los riesgos de la exposición pueden continuar durante una serie de años después de haber tenido contacto con el elemento contaminado. Los medicamentos que suplementan yoduro de potásico actúan de manera que alimentan la tiroides con una versión estable de yodo, evitando que el tipo radioactivo y dañino entre en el organismo en caso de un accidente nuclear.
Es importante conocer que las autoridades sanitarias solo recomiendan la toma de yoduro potásico en caso de emergencias nucleares. Bajo ningún concepto deben ser ingeridas antes de la exposición, como manera preventiva, ya que pueden tener una serie de molestos efectos secundarios. Por otro lado, los mayores de 40 años no deberían tomar este medicamento a no ser de que la exposición sea muy alta.
¿Las pastillas de yodo son eficaces contra la radioactividad?
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) aclaró el pasado mes de marzo que los medicamentos comercializados en farmacias que contienen yoduro de potasio no son eficaces contra la radioactividad. Insistió que no existe una emergencia nuclear, por lo que instó a la calma y pidió evitar el acopio excesivo de este tipo de pastillas.
"Transmito un poco de calma y tranquilidad. La situación es complicada a nivel internacional pero todavía no ha llegado el momento de volvernos locos. En caso de que sea necesario, las medidas las tienen que tomar las autoridades", afirmó el responsable del Área de Información del Medicamento del CGCOF, Iván Espada.
Además, los medicamentos disponibles en las farmacias bajo prescripción médica están destinadas al tratamiento de aquellos que necesiten un aporte de yodo, no para bloquear la tiroides. "Tienen una dosis de 0,1 a 0,3 miligramos, una cantidad mínima. Las pastillas de yodo, en cambio, tienen una dosis de 130 miligramos. Se necesitaría de 400 a 1.300 comprimidos para alcanzar la dosis de las pastillas", aclara el experto.
¿Quién debería suplementar su consumo de yodo?
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HSS, según sus siglas en inglés) estadounidense ha señalado en el portal web de los Institutos Nacionales de Salud cuáles serían las personas que deberían consumir este tipo de suplementos, ya que podrían no consumir cantidades suficientes de yodo con los alimentos y bebidas.
- Personas que no usen sal yodada.
- Mujeres embarazadas.
- Personas que continúen una dieta vegana o con poco consumo de lácteos, mariscos y huevos.
- Personas que viven en regiones cuyo suelo no contiene yodo.
- Personas que no consuman las cantidades mínimas de yodo y que ingieran alimentos que contienen bociógenos.
Todos estos casos requieren de una dosis que se puede adquirir en las farmacias, por lo que no serviría como protección contra un ataque o accidente nuclear.
¿Por qué hay países que comienzan a comprar pastillas de yodo?
Hasta este momento han sido tres los países que han animado a sus ciudadanos a comprar medicamentos de yodo. Estos han sido Polonia, Rumanía y Finlandia. Los dos países fronterizos con Rusia decidieron realizar la sugerencia en la primera fase de la guerra, a comienzos de año. Eslovaquia ha agotado las existencias de las pastillas de yodo en farmacias.
En el caso de España, el país se encuentra en el proceso de fabricación de un millón de pastillas de yodo para la protección nuclear. Estas han sido encargadas en el marco del convenio de protección nuclear firmado con Protección Civil, ya que las que están disponibles caducarán próximamente. Las subdelegaciones del Gobierno que recibirán las pastillas corresponden a las zonas en las que hay centrales nucleares, es decir, Guadalajara, Cáceres, Tarragona y Valencia.
Estados Unidos también ha comenzado a abastecerse con fármacos contra la radiación. El Gobierno estadounidense ha adquirido este mes de octubre un suministro significativo de Nplate, un medicamento que tiene la capacidad de "salvar vidas tras emergencias radiológicas y nucleares" según el portavoz del HSS. En total, se han invertido cera de 290 millones de dólares estadounidenses en la adquisición del fármaco.