La Unidad Especializada en Seguridad Vial de la Fiscalía General del Estado ha publicado la 'Guía de Buenas Prácticas para la atención inmediata a las víctimas en siniestros viales' para, entre otras cosas, reducir los tiempos de espera desde que se produce el accidente hasta que llegan los servicios de emergencia.
El fiscal de sala coordinador de la unidad, Luis del Río, ha presentado hoy esta guía acompañado del directo del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, Álvaro Gómez; la directora de Tráfico del Gobierno del País Vasco, Estibaliz Olabarri; la subdirectora de Seguridad Vial de la Generalitat de Cataluña, Anna Pintó y el director del Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad De navarra, Francisco Javier Ojer.
Del Río ha incidido en que una atención rápida reduce las consecuencias de las lesiones sufridas y asegura que disminuir de 25 a 15 minutos el tiempo entre que se produce el accidente y la llegada de los servicios de urgencia podría reducir las muertes en una tercera parte.
El fiscal de sala de Seguridad Vial ha explicado que "un siniestro vial, por la propia naturaleza que tiene, requiere de una respuesta multidisciplinar". Por ello, en el documento se precisa la responsabilidad que cada autoridad debe realizar en el lugar del siniestro así como en las inmediaciones a la hora de establecer los perímetros de seguridad.
Responsabilidades de cada autoridad
Como primera prioridad, ha apuntado la de "salvar vidas" y destaca las labores de intento de reanimación de las víctimas por parte de los servicios sanitarios y las de rescate de los bomberos. Después, ha señalado la necesidad de que no se produzcan más accidentes a consecuencia de un primer siniestro. Por último, comenta que para procurar que se cumpla el derecho de las víctimas a un derecho justo y "con todas las garantías" apunta la importancia de "la recogida de datos de la mejor manera posible".
Atención psicológica para los rescatadores
En el documento se hace hincapié en la importancia de prestar atención psicológica a policías , bomberos y sanitarios que participan en las tareas de asistencia. Destaca sobre todo, a aquellas personas que están en contacto directo con las víctimas, "al margen de su preparación profesional, deben atenderse sus emociones como personas".
