Entre los alimentos que se encuentran en las dietas, los lácteos componen una parte fundamental de ella. Uno de los que está emergiendo es el kéfir, un alimento que se remonta su consumo a miles de años en zonas caucásicas, situadas al Este de Europa.
No hay que confundirlo con el yogur tradicional, dado que el sabor, textura y elaboración del kéfir son distintas.
¿Qué es el kéfir y cuáles son sus propiedades?
El kéfir es una bebida fermentada perteneciente a los lácteos. Además de la bebida, el nombre 'kéfir' se le atribuye también a los gránulos con los que se fermenta la leche como al producto resultante, que es un probiótico, según el portal farmacéutico 'Atida mifarma'.
Otra forma de denominarlo es 'yogur búlgaro'. Además, existen varios tipos de kéfir. Se encuentra el de leche, siendo el más común; de coco y de agua.
El kéfir es rico en minerales, como el fósforo y el magnesio; en vitamina K, necesaria para formar coágulos; y en proteínas de fácil digestión. Asimismo, el portal señala que si el kéfir es de elaboración casera y cuenta con más probióticos, su valor nutricional asciende y cuenta con mejores propiedades.
"A consecuencia de la fermentación, se reducen los niveles de lactosa y aumenta la concentración de la enzima β-galactosidasa. Esto hace que se eviten intolerancias a la lactosa", destaca el portal como otro beneficio de este alimento.
¿Para qué sirve el kéfir?
Los beneficios que aporta el kéfir son numerosos:
- Facilita la digestión.
- Fortalece el sistema inmunológico al mantener la flora intestinal sana.
- Combate la inflamación intestinal.
- Previene y combate la gastritis, especialmente la causada por Helicobacter pylori.
- Combate la osteoporosis.
- Favorece la reducción de peso. Es bajo en calorías y rico en proteínas.
- Reduce el estreñimiento. Las bacterias buenas aceleran el tránsito intestinal y mejoran la digestión.