"Le quiero mucho". Estas fueron las palabras de Don Juan Carlos, nada más conocerse en 2010, que la Academia Sueca había concedido a Mario Vargas Llosa” el Premio Nobel de Literatura. “Una noticia fantástica para España, siendo tan amigo de España, le quiero mucho y ha sido buenísima la noticia” improvisó Don Juan Carlos ante los micrófonos de los periodistas. Ahora ha sido Mario Vargas Llosa quien, al saber que se le iba a hacer miembro nada menos que de la Academia Francesa, ha querido que el Rey Juan Carlos le estuviera acompañando en París, junto la Infanta Cristina. “En la medida en que los reyes pueden tener amigos, yo soy un amigo de él”, confesaba Vargas Llosa en el diario El País hace unos días.
Esa relación de amistad viene muy de largo. En los casi 40 años de reinado de Juan Carlos I, fueron innumerables las ocasiones en que ambos se encontraron. Glosó la figura del escritor en Oviedo cuando acudió a recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras; en Alcalá de Henares al entregarle el premio más grande de las letras españolas, el Cervantes y también en La Zarzuela cuando se le hizo entrega del Premio Don Quijote.
Don Juan Carlos y Mario Vargas Llosa coincidieron no pocas veces -junto a Doña Sofía- en los Patronatos del Instituto Cervantes, creado en 1991 para fomentar el español en el mundo y del que Vargas Llosa pasaría a formar parte al poco tiempo. Y también en la Real Academia de la Lengua. Desde su ingreso en 1993, fueron numerosas las ocasiones en que Don Juan Carlos y Doña Sofia presidieron los plenos. Pero fue en ese mismo año de 1993 cuando el escritor peruano -él mismo llegó a definirse como un apátrida por las tensas relaciones con el Gobierno de Lima- obtuvo la nacionalidad española, y la primera y más temprana llamada que recibió Vargas Llosa para darle la enhorabuena, fue precisamente la del Rey Juan Carlos. Hoy, ese gesto e reconocimiento de la nacionalidad por parte de España, ha sido destacado durante el acto de “inclusión” de Vargas Llosa en la Academia Francesa
En 2011 Don Juan Carlos concedió los últimos títulos nobiliarios de su reinado y uno de ellos fue, precisamente, para su amigo Mario Vargas Llosa, a quien nombró Marqués de Vargas Llosa, en agradecimiento por toda la labor del escritor, en beneficio de la lengua española.
