ESTADO DE SALUD DEL PAPA

Qué es la neumonía bilateral, la enfermedad que mantiene al Papa ingresado en el hospital

A.M.

Madrid |

El papa Francisco, en una imagen de archivo.
El papa Francisco, en una imagen de archivo. | Stefano Spaziani / Europa Press

El pasado viernes 14 de febrero, el papa Francisco volvía a ser ingresado en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, de nuevo por una bronquitis, una afección por la que tuvo que ser hospitalizado por cuarta vez.

Con el paso de los días, el Vaticano informó de que el Papa sufría una infección polimicrobiana, que se presentaba con bronquiectasias y bronquitis asmática, lo que requirió el uso de terapia con cortisona e hizo más complejo el tratamiento.

Posteriormente, al diagnóstico se sumó la aparición de una neumonía bilateral, lo que ha requerido de fármacos adicionales para el papa Francisco.

Qué es la neumonía bilateral que sufre el papa Francisco

La neumonía bilateral es una infección respiratoria que afecta a los dos pulmones y que dificulta la respiración de la persona que la sufre. No obstante, la evolución siempre depende del paciente y su capacidad para responder al tratamiento.

Así, se trata de una enfermedad respiratoria que inflama los espacios alveolares de los pulmones, lo que hace que el tejido de los mismos se vea en un tono rojizo e hinchado.

Según informa la Sociedad Española de Medicina Interna, en un informe elaborado por el grupo de Educación para la Salud de la SEMI, los enfermos por neumonía suelen presentar los siguientes síntomas:

  • Tos que produce una flema de color marrón o verde.
  • Fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles.
  • Disnea.
  • Dolor torácico (agudo o punzante que aparece o empeora al respirar hondo).

Otros posibles síntomas, aunque menos frecuentes, pueden ser los siguientes:

  • Falta de apetito.
  • Cansancio.
  • Color azulado de los labios.
  • Cianosis.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolores articulares o musculares.

La mayoría de los casos pueden ser tratados sin ingreso hospitalario, con antibióticos, reposo, cuidados y líquidos, aunque otros casos que se complican pueden requerir hospitalización, como ha ocurrido con el papa Francisco.