21 de septiembre, de nuevo. Un año más, el calendario pasa sus páginas hasta llegar a esta fecha, tan temida por los amantes del verano y, al mismo tiempo, tan esperada por aquellos que encuentran en el cambio de estación una razón para celebrar. Y es que no hablamos de una fecha cualquiera. Este día marca el inicio del otoño en el hemisferio norte y la primavera en el sur, y con él, llega una tradición que nos invita a regalar flores amarillas.
Pero, ¿qué hace a este gesto tan especial? ¿Qué significado encierra esta tradición?
Por qué se regalan flores amarillas: origen y significado
En muchas culturas, el amarillo representa la luz del sol, la felicidad, la energía y el optimismo. En lugar de lamentar el fin del verano o temer la llegada del frío invierno, el amarillo se transforma en un símbolo de bienvenida al cambio y a la nueva estación. Por ello, regalar flores amarillas cada 21 de septiembre se ha convertido en una manera de marcar el fin de un ciclo y el inicio de otro, con una actitud renovada y positiva.
El color amarillo es conocido por su capacidad de elevar el ánimo y aportar frescura y vitalidad. En el contexto de la transición estacional, regalar flores de este color transmite un mensaje de esperanza y optimismo. Sin embargo, la elección de las flores amarillas para esta tradición va más allá de su atractivo visual; su significado está profundamente arraigado en varias referencias culturales.
El origen de esta costumbre peculiar se vincula con la celebración del Día Internacional de la Paz, que se conmemora cada 21 de septiembre. Además, la tradición ha encontrado resonancia en la cultura popular a través de la canción Flores Amarillas, de la telenovela argentina Floricienta.
En la serie, la protagonista sueña con recibir flores amarillas en septiembre, una fecha que coincide con el inicio de la primavera en Argentina y con la llegada del otoño en el hemisferio norte. Este deseo podría estar inspirado en la novela Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez, donde las flores y el color amarillo tienen una fuerte carga simbólica, relacionada, tanto con el amor, como con aspectos más íntimos y sentimentales.
Cómo se celebra y qué tipo de flores elegir
La celebración de esta tradición varía según la región y la cultura, pero el gesto común es el intercambio de flores amarillas en cualquier forma: ramos, arreglos florales, o, incluso, flores individuales. Entre las opciones más populares se encuentran los girasoles, las margaritas y las flores de cártamo, que aportan un mensaje de alegría y optimismo.
Además del regalo físico, algunas personas optan por organizar pequeños eventos o reuniones para conmemorar el día. Estas celebraciones pueden incluir desde un picnic en el parque con decoraciones amarillas, hasta una cena en la que el tema central sea la bienvenida a la nueva estación.
