El próximo 7 de febrero, España dirá adiós a las mascarillas en el transporte público. Sin embargo, el Covid-19 está lejos de erradicarse y prueba de ello son las últimas advertencias de la OMS, que sigue considerando el virus como una "enfermedad infecciosa peligrosa" al tiempo que alarma sobre el elevado número de muertes en China a raíz del fin de su política 'Covid cero'.
Desde que comenzara la pandemia en marzo de 2020, no han parado de sucederse estudios científicos sobre la evolución del virus y los efectos de la enfermedad en el organismo humano.
Uno de los últimos es uno del CSIC, en el que se ha comprobado la implicación del envejecimiento celular en los efectos del Covid-19, así como la relación que existe entre su mortalidad y morbilidad y la respuesta inflamatoria y degradación de tejidos asociadas a las células envejecidas del organismo.
Qué es la senescencia
Según explica el CSIC en su página web, la senescencia "es un estado en el que las células envejecidas pierden la capacidad de dividirse y de contribuir al funcionamiento del organismo". Sin embargo, no desaparecen, sino que "con el paso de los años" se acumulan en casi todos los órganos, "donde segregan moléculas inflamatorias y enzimas que degradan los tejidos".
Por eso, el estudio liderado por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO, CSIC-UAM) y publicado en la revista 'Aging Cell', incide en la importancia de contemplar el "impacto del entorno proinflamatorio originado por estas células en los efectos derivados del Covid-19".
La investigación comenzó en marzo de 2020 cuando el Instituto de Salud Carlos III concedió una ayuda a 16 investigadores de ocho instituciones diferentes para estudiar la relación entre los síntomas provocados por el Covid-19 y las células senescentes -también conocidas comocélulas zombis-.
El coronavirus tiene capacidad de provocar un envejecimiento acelerado
Según explica el investigador del CBMSO y responsable del proyecto, Cayetano von Kobbe, las células senescentes son "metabólicamente hiperactivas", lo que las convierte en "nocivas" para el organismo ya que crean un "escenario proinflamatorio crónico en los tejidos donde se acumulan". La idea, según Von Kobbe, era "observar si el virus, cuando infecta, amplifica los efectos negativos de las células senescentes".
Tras realizar pruebas en ratones, los investigadores concluyeron que las células senescentes jugaban un papel importante en la creación de un entorno inflamatorio que contribuía al desarrollo de los síntomas Covid-19. De hecho, el proyecto destaca la "importancia de las células envejecidas en la mortalidad y morbilidad inducida por el SARS-CoV-2, lo cual podría extrapolarse a los datos derivados de la pandemia de Covid-19".
El riesgo para la tercera edad
Estos hallazgos han hecho plantearse a los investigadores qué pasará cuando personas que han sido infectadas con Covid-19 lleguen a la tercera edad con unos tejidos más viejos de lo normal. Von Kobbe ha subrayado la importancia de investigar ahora las patologías asociadas al Covid persistente.
El estudio detalla además una nueva terapia basada en fármacos ya aprobados por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) para eliminar este tipo de células.
"Cualquier terapia que acabe con estas células nos permitirá llegar mejor a la vejez y afrontar mejor infecciones oportunistas como el Covid, que se aprovecha de las bajas defensas y de los tejidos envejecidos del organismo", ha observado el investigador.