La polémica suscitada a raíz de la vacunación irregular de varios cargos públicos, que en algunos casos alegaron que lo hicieron para no desperdiciar las dosis sobrantes, lleva a preguntar qué sucede con aquellas dosis que finalmente no pueden ser administradas a las personas que les corresponde según el calendario de vacunación.
Protocolos en las comunidades autónomas
Algunas comunidades cuentan con protocolos específicos sobre qué hacer en caso de que sobren algunas vacunas. Es el caso de Cantabria, que cuenta con una lista de suplentes que recibirán la dosis en caso de que sobren por no poder administrársela a la persona a la que le correspondía.
Según publica Antena 3, Aragón también ha decidido desviar las dosis que sobren al personal de centros de salud, con el fin de explotar al máximo la campaña de vacunación. Mientras, Cataluña recomienda no abrir ningún vial en caso de que no haya personas suficientes para recibir el tratamiento.
La clave es la forma de conservación de la vacuna
Desde que se conoció la aprobación de la vacuna de Pfizer para su comercialización, uno de los principales contras que tenía eran las bajas temperaturas que necesitaban para su conservación, -70º.
Esto implica que cuando los viales llegan a los centros de vacunación, se tienen que guardar a una temperatura de entre 2 y 8 grados, aunque sólo podrán aguantar cinco días. Además, una vez se decida abrir el vial, el tiempo juega en contra ya que sólo tendrán un tiempo máximo de dos horas para suministrarlas, si no, quedarán invalidadas.
El tipo de jeringuilla, otra clave en el aprovechamiento de las dosis
La farmacéutica Pfizer actualizó hace unos días la ficha técnica de su vacuna contra el coronavirus para aclarar que para conseguir una sexta dosis de sus viales, se debían usar jeringuillas "que no dejasen un volumen muerto significativo", en lugar de las consideradas "estándar", que reducen esa posibilidad.
El laboratorio explicó que si se usaban jeringuillas estándar, era posible que no hubiese suficiente volumen para extraer una sexta dosis de un solo vial. De la misma opinión es la Agencia Europea del Medicamento, que el pasado 8 de enero dijo que cada vial contenía hasta seis dosis, siempre que se usase el material adecuado.
Este ha sido uno de los problemas de algunas comunidades, que han tenido que desechar dosis debido a que no usaban las jeringuillas adecuadas. Es el caso de Andalucía, que ha usado las agujas convencionales, lo que ha impedido a los servicios sanitarios conseguir un uso más eficientes de las dosis. Su consejero de Salud, Jesús Aguirre, admitió que al no disponer de jeringuillas de 0,1 ml por el "déficit" de este material no han conseguido aprovechar la sexta dosis, lo que supone un 20% de la vacunación.
Cada vial de Pfizer, una vez reconstruido, contiene 2,25 centímetros cúbicos de fármaco, y cada dosis consta de 0,3 ml, con lo cual, "hay cantidad suficiente para seis dosis".
Sin embargo, parte del líquido se pierde cuando la enfermera hace el purgado para eliminar el aire y otra se queda en el espacio muerto que, en el caso de la ficha de Pfizer, establece que no debería ser superior a 0,035 cm3.