La Audiencia Provincial de Madrid ha dejado en libertad provisional a Rafael Amargo hasta que haya sentencia por el juicio que ha concluido este viernes por presunto tráfico de droga en su piso de Malasaña dado que esta medida se acordó a instancias de la Fiscalía para asegurar la celebración del juicio.
Rafael Amargo se ha desenvuelto en el banquillo de los acusados con un arte similar al que despliega en el escenario para negar que vendiese droga y asegurar que lo único que hace es regalar arte" y abrir las puertas de su casa para "repartir generosidad, como Lola Flores", siendo "baluarte y bandera de España".
El alegato del bailaor, que también ha pedido a los jueces que le dejen en libertad hasta que dicten sentencia, ha llegado a buen puerto, pues tras la vista ha quedado en libertad con la única obligación de firmar dos veces al mes en el juzgado.
Al conocer la noticia su mujer, su padre y sus amigos han gritado por los pasillos de la Audiencia Provincial "libre", "libre" y se han abrazado.
"Cuando fue arrestado, los policías le preguntaron "quiénes eran los más grandes", él se puso a pensar y les respondió inocentemente nombres como Paco de Lucía, Ortega y Gasset o Camarón".
De todas formas ha tenido que ser trasladado a la prisión de Soto del Real para formalizar el trámite de libertad.
Trajeado y peinado con gomina, como los días anteriores, Amargo ha vuelto a sentarse en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid, acusado de vender droga junto a su productor y un socio, con ánimo tranquilo y muy atento a lo que ocurría, asintiendo a veces o negando con la cabeza otras.
Se ha dado la vuelta en varias ocasiones para guiñar el ojo y lanzar besos a su mujer y a sus familiares, que le han arropado durante toda la semana, y a los que ha dicho "os quiero" cuando iba por el pasillo de camino a la sala de vistas.
Este viernes era "el día grande", como decían sus familiares y su letrado, el conocido Marcos García Montes, y Amargo ha advertido desde el principio de que solo contestaría a preguntas de su abogado y no a la Fiscalía, que no para de acusarle de un delito que es "provocado" por la policía, que "le tenía ganas".
"Llevo años soñando esto, estoy supercontento por poder decir la verdad y nada mas que la verdad", ha dicho en referencia al tiempo que ha pasado desde que fue arrestado el 1 de diciembre de 2020, justo antes del estreno de la obra Yerma, que tuvo que retrasarse unos días por el arresto, tras el que quedó libre.
Al igual que en la multitudinaria rueda de prensa que dio entonces en el teatro de La Latina, aunque en un escenario muy diferente -el de una austera sala de vistas- el artista ha defendido hoy su inocencia: ni vendía droga, mucho menos para financiar Yerma, ni usaba "mulas" que se movían en VTC, ni pensó en alquilar una lavandería como tapadera... Todo es "totalmente incierto".
"Yo lo único que hago es regalar arte y abrir las puerta de mi casa y repartir generosidad, como Lola Flores", ha dicho, admitiendo que eso puede haberle traído problemas.
"Yo lo único que hago es regalar arte y abrir las puerta de mi casa y repartir generosidad, como Lola Flores".
"No tengo la necesidad, gracias a Dios, por mi familia y por mis amigos, de dedicarme a otra cosa que no sea a lo que me he dedicado toda la vida, las artes escénicas y ser baluarte y bandera de España.
El letrado Marcos García Montes ha tenido que pedirle varias veces que se ciñera a contestar lo que le preguntaba, pero Amargo se olvidaba y, cuando le volvía a recriminar, contestaba: "Es que tengo unas ganas... tengo unas ganas".
Y ha dejado claro a los magistrados que él tiene "una buena oratoria", pero no en lo referido al lenguaje judicial. "Yo soy más coloquial, soy como Lola Flores", les ha contado.
No ha sido la única ocasión en la que Amargo ha citado a otros artistas, ya que ha relatado que cuando fue arrestado, algo que no se podía creer, los policías le preguntaron "quiénes eran los más grandes", él se puso a pensar y les respondió inocentemente nombres como Paco de Lucía, Ortega y Gasset o Camarón.
Ha asegurado que se enteró de su detención, antes de que ocurriera, por la prensa, y ya en la última palabra ha asegurado que "hay una condición política detrás" de este caso, mostrando sus diferencias políticas con el Gobierno.
"Yo soy más azul que rojo", ha zanjado.
"Acopio de droga" durante el confinamiento
En su turno, Eduardo de Santos ha tachado de "barbaridad" que se afirme que la obra teatral 'Yerma' se financiara con el supuesto tráfico de droga, aseverando que la Policía Nacional y la Fiscalía "mienten" en sus acusaciones.
A la pregunta de si ha comprado droga junto a Rafael, ha contestado que "jamás". "Éramos drogadictos. Hablábamos de drogas y de la obra Yerma. De qué vamos a hablar", ha espetado.
Además, ha reconocido que en el confinamiento hizo acopio de todo, incluido droga para poder abastecerse para consumo propio. Tras ello, ha recalcado que los estupefacientes estaban a la vista porque eran "consumidores", ya que consumían entre dos y tres gramos al día.
En el registro de su piso de la calle Alcalá, los agentes hallaron un bote con metanfetamina, con un peso neto de 4,466 gramos y una pureza del 76,4%; una bolsita conteniendo sustancia que resultó positivo a ketamina, con un 50,4% de pureza; y MDMA con una pureza del 6,9% con un peso neto total de 0,185 gramos.