Cada año, en la Gala de los Premios Oscar, se vive algún momento icónico que pasa a la historia y siempre es recordado, como la caída de Jennifer Lawrence en 2013, el selfie de Ellen DeGeneres en 2014, o el error al entregar el premio a Mejor Película para La La Land, cuando el ganador era Moonlight.
Este año 2022, el instante más memorable, y que siempre vivirá en la cabeza de todo el mundo, es la bofetada de Will Smith a Chris Rock después de hacer una broma sobre la enfermedad que padece Jada Pinkett-Smith, la mujer del primero.
El enfado del actor
La agresión tuvo lugar cuando el comediante, Rock, subió al escenario para presentar el Oscar al Mejor Documental. En su discurso, hizo un desafortunado chiste sobre la enfermedad de Pinkett-Smith, comparando su cabeza rapada a causa de la alopecia con la Teniente O'Neil, de la película del director Ridley Scott.
Esto enfureció al actor que, sin dudarlo, salió para pegarle un bofetón al cómico y gritarle con gran enfado que mantuviera el nombre de su esposa "fuera de su puta boca". Esta inesperada y sorprendente reacción del protagonista de El Príncipe de Bel Air dio la vuelta al mundo y, en pocas horas, se formaron tres bandos. Los que lo justifican, los que no condenan la violencia y los que creen que todo fue un montaje.
Los tres protagonistas también se han pronunciado. Will Smith confesó que estaba avergonzado de su actitud, y que estas acciones lo alejan del hombre que quiere ser. Además, está sufriendo las consecuencias por su arrebato: el actor ha abandonado la Academia de Hollywood, y la institución le ha vetado la entrada a todos los eventos que organicen durante los próximos 10 años, incluidos los Oscar.
Jada Pinkett-Smith: fue en el calor del momento y fue él quien exageró
También se ha descubierto qué piensa Jada Pinkett de esta situación y, según una persona cercana a la familia en declaraciones a 'Us Weekly', la actriz asegura que su marido sobrerreaccionó y no justifica la agresión. Además, la fuente declaró que Jada "no necesita que la protejan". Igualmente, la actriz tiene claro que es momento de curar y así lo ha mostrado en sus redes sociales.
Y por su parte, Chris Rock en su primera aparición pública después de los premios, dijo que no tomará acciones legales contra Smith y que aún estaba procesando lo que había ocurrido. Y es que su reacción a la agresión extrañó al público, ya que se mantuvo confuso y sereno y siguió con su guion, como si no hubiera pasado nada.
El síndrome de Chris Rock
La reacción del presentador tiene una explicación. En una entrevista para 'The Hollywood Reporter' en 2020, reveló que padece el trastorno del aprendizaje no verbal, que le provoca no reconocer las emociones de las personas con las que interactúa.
Como él mismo detallaba, "todas estas cosas son geniales para escribir chistes, pero no son geniales para las relaciones personales. Siempre lo he achacado a ser famoso. Cada vez que alguien me respondía de una forma negativa, pensaba 'da igual, están respondiendo así a algo que tiene que ver con quién creen que soy'. Ahora me doy cuenta de que era yo".
Este síndrome no le afecta en lo laboral, sino en el ámbito social. Contó que "solo entiende palabras" a lo largo de una conversación y no las emociones que conllevan.
La alopecia de Jada Pinkett
El 28 de diciembre de 2021, la actriz compartió en sus redes sociales que había decidido raparse la cabeza debido a su enfermedad, la alopecia. Esta afección se caracteriza por la pérdida de pelo y, en muchos casos, de forma desigual y en parches por la cabeza. Los factores que suelen causarla son la genética y las hormonas, aunque también puede desarrollarse por estrés o por un trasfondo autoinmune.
Las consecuencias de la agresión
Desde la noche de los Oscar, Will Smith ha estado en boca de todos y está sufriendo las consecuencias por su arrebato. Como se comentaba antes, ha abandonado la Academia de Hollywood, tiene la entrada prohibida en los eventos de la institución en los próximos 10 años, y Sony y Netflix han paralizado las grabaciones con el actor. Él, por su parte, ha ingresado voluntariamente a una clínica de rehabilitación. Pero lo que más se ha notado es que su reputación ha bajado en picado.
Antes del incidente, su reputación estaba alrededor del 80% y ahora se sitúa por debajo del 50%. En cambio, la de Chris Rock ha subido por encima del 60% y, a raíz del incidente, la venta de las entradas para su show se ha disparado, llegando pagar 1.000 euros por entrada en la reventa.