Estamos en plena época de catarros y gripes. La bajada brusca de temperaturas nos ha pillado por sorpresa y en los próximos días se espera que una ola de frío polar llegue a nuestro país dejando a su paso vientos, heladas nocturnas y las primeras nevadas de la temporada.
El frío ambiental y otras circunstancias como estar bajo de defensas, un déficit de descanso o el estrés pueden hacer que nuestro organismo se resienta y proliferen las infecciones virales asociadas a este periodo estacional, como el resfriado común.
Qué es el resfriado
El resfriado común o catarro es una infección del tracto respiratorio superior, es decir, que puede afectar a la nariz, la garganta y los senos nasales. Muchos tipos de virus pueden causar un resfriado común y, en general, una persona sana puede llegar a coger 2 o 3 resfriados al año sin mayores consecuencias.
El goteo nasal, los estornudos, el dolor de cabeza y de garganta, el dolor muscular y la tos son algunos de los síntomas más comunes del resfriado que suele afectar más a bebés y niños pequeños.
¿Por qué aumentan los resfriados con el frío?
Aunque los resfriados se suceden durante todo el año, con la llegada del frío -durante los meses de otoño e invierno- aumentan los casos de estas infecciones víricas. ¿Por qué ocurre esto? Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) explican que el hecho de que durante esta época permanezcamos más tiempo en casa o espacios cerrados favorece la transmisión de los virus. Además, la combinación de frío y escasa humedad favorece la sequedad de las fosas nasales y las hacen más susceptibles a los virus del resfriado.
Alimentación saludable, una aliada del sistema inmunológico
La alimentación es una gran aliada contra los resfriados ya actúa como escudo contra las infecciones respiratorias.
La nutricionista Nuria Pons ('barriga sana' en redes sociales)explica a Onda Cero que, si bien "no existen alimentos milagrosos de forma individual", llevar "una alimentación saludable de forma genérica ayuda a que nuestro sistema inmunitario actúe de forma correcta contra estas infecciones víricas".
"Un correcto aporte de verduras, grasas y proteína diarias, y en todas las comidas, van a aportar las vitaminas y minerales necesarios para esta labor, sin necesidad de esa suplementación extrema que suele hacerse en estas épocas del año", aclara la experta.
Así, alimentos como las carnes blancas, los cereales integrales, las legumbres o los probióticos (como el yogurt y el kéfir) pueden ayudarnos a aliviar síntomas como la tos o los estornudos y fortalecer el sistema inmunitario.
Los beneficios de la miel contra el resfriado
La miel también puede ser muy eficaz para tratar la tos y los resfriados. Según explica la nutricionista "existen algunos estudios que relacionan el consumo de miel diaria en pequeñas dosis con la reducción o mejor gestión de los resfriados". Sin embargo, hay que tener en cuenta que no toda la miel que se vende en los supermercados es miel de verdad: "Debemos evitar la miel que esté mezclada con fructosa", advierte.
Asimismo, debido al riesgo de botulismo para los bebés, "la miel no es adecuada tampoco para niños menores de un año".