Cada vez se conocen más noticias de personas que llaman la atención a padres en lugares públicos porque los niños "molestan". En España mismamente, proliferan los locales en los que no dejan entrar a niños, por ejemplo, hoteles, restaurantes, aviones e, incluso, en los propios patios de los colegios, algo que ha sucedido en Barcelona.
El Colegio Salesians Rocafort tiene cursos de Primaria y Bachillerato y les han obligado a cerrar dos de sus patios por las quejas de algunos vecinos a los que los juegos y los deportes de los niños les molestan.
El Ayuntamiento, por ley, tiene que ir cuando se denuncia y medir el ruido para ver si se superan los decibelios. En el caso de este colegio, les han obligado a cerrar los dos patios porque rozan el límite de 65 decibelios, aunque el director del mismo, Jordi Barberán, explica que es porque utilizan muchas horas el patio tanto por las clases como por las extraescolares y las mediciones son una media de todo el día, así que les perjudican: "Se mide una media desde las 08:00 horas hasta las 21:00 horas y los colegios que pasamos de las 17:00 y continuamos dando servicio, no conseguimos bajar de la media".
Han puesto una lona reivindicativa en la fachada diciendo que el sonido de los niños jugando, hablando, riendo y corriendo es "vida" y reclamando la necesidad de los patios. Asimismo, están hablando con los diferentes grupos políticos para lograr una normativa que los proteja porque las protestas vecinales, de pocos vecinos, pero muy activos, se están dando también en otras zonas de la ciudad y en otras ciudades.
"Está habiendo en Barcelona y fuera vecinos puntuales a los que les molesta lo que pasa en los colegios, tanto en horario escolar como fuera, los deportes extraescolares. Nos encontramos colegios a los que algunos vecinos denuncian o ponen quejas porque ese ruido natural de los chicos, pues molesta", afirma.
En otros colegios de Madrid, las quejas vecinales han obligado a eliminar la música que los centros ponían a los pequeños a la hora de la entrada.
La defensa de un restaurante a una madre soltera con dos hijos
Pero no todo son ejemplos de 'Niñofobia'. También hay locales que se denominan "familiares" y abogan por una defensa de los más pequeños. Es el caso del restaurante 'El Rambal', en Lavapiés (Madrid), que estos días ha sido noticia por la decisión que ha tomado respecto a unos comensales que fueron irrespetuosos con una madre soltera que fue a comer al local con sus dos niños pequeños.
La mujer estaba comiendo con ellos en una mesa, el pequeño tenía tres años y al final de la comida estaba un poco inquieto, por lo que se puso a jugar en el suelo, momento en el que una mesa de cinco hombres empezó a mirar tanto a la madre como al niño con mala cara, según explica uno de los dueños del restaurante, Narciso Bermejo.
"Cuando llegó el momento de que ella se fuera, los señores que superan los 50 años y con un poder adquisitivo medio-alto, dieron un aplauso porque se iba la madre soltera con los niños. A nosotros nos pareció hiriente y una agresión y tenías que haber visto la cara que puso la madre, fue algo horrible", asegura.
Así que les pidieron a los cinco hombres, amablemente, que se fueran. "Era una broma", dijeron. "Sin gracia y humillante", así que se pusieron del lado de la madre con sus hijos, ya que se definen como un restaurante "familiar".
"Hay tres grupos que tienen una protección superior: los niños -porque les debemos el respeto de ser el futuro y el sustento de nuestras pensiones-, los perros -porque también dejamos que pasen, aunque les mantenemos controlados- y por último, la gente mayor. Nuestro rango de edad va desde los cero años hasta los 97", afirma Bermejo.