"Si te ganas al perro, te ganas al dueño". Esa es una de las premisas que han llevado a Javier García, propietario del restaurante El Secreto del Soto, en Torrejón de Ardoz, a ofrecer un 'menú' para perros que las mascotas de sus clientes pueden degustar en la terraza de su local.
"La gente pueda llevar a su mascota a comer a la terraza, se le pone un platito de agua, se le pone la comida que elija y el perro está contento y el amo también", explica Javier, gerente de este restaurante ubicado en el barrio del Soto del Henares de Torrejón.
Los clientes pueden elegir entre diferentes sabores, como atún, sardinas o pollo, de comida enlatada "pero de alta calidad: no lleva piensos, no lleva aditivos y es comida absolutamente natural", cuenta el hostelero.
A la oferta de hamburguesas, arroces o menús diarios El Secreto del Soto ha sumado un 'menú' canino que está teniendo muy buena acogida entre los propietarios de mascotas.
"La recepción ha sido muy buena. Hay gente que ha hecho reservas incluso para el cumpleaños de su perro. Hace poco nos comentaron también que querían hacer una reunión de una asociación canina", cuenta Javier.
El 'menú' para mascotas vale 3'30 euros. "Pero no está ahí el negocio", explica Javier.
"Está en dar un extra más para que esa persona que un día quiere salir a tomarse una hamburguesa vaya a nuestro local y no a otro. Y si le gusta tu comida, es posible que repita, con o sin perro", señala el propietario de El Secreto del Soto.
La idea surgió, indica, "por la necesidad de crear cosas nuevas y de atraer clientes". "También a raíz de visitar una tienda de mascotas que abrieron en el barrio unos clientes nuestros, vimos toda la cantidad de productos que tenían y se nos encendió la luz", relata.
La iniciativa, señala Javier, gusta a los perros y a sus dueños y no desagrada al resto de clientes. "La gente se sienta con ellos en la terraza, no se pelean nunca entre ellos, porque los tienen bastante bien educados, y conviven perfectamente con los clientes, no se suele quejar nadie", indica el hostelero.
De lo que se ha dado cuenta Javier, que no tiene perro pero que ahora convive a diario con ellos, "es de que la gente quiere a su perro como si fuera su hijo".
"Así que, si es uno más de la familia, ¿por qué lo van a dejar en casa cuando salen a tomar una cerveza?", dice el propietario de El Secreto del Soto.