Así lo han trasladado fuentes judiciales a los medios tras la sesión de cuestiones previas celebrada esta mañana en el Juzgado de lo Penal número 2 de Almería, en la que el juez ha autorizado que declare en el juicio la médico psiquiatra que atiende al acusado, a petición de su defensa.
Por otro lado, se han retirado las siete acusaciones particulares personadas en la causa tras haber visto satisfechas las indemnizaciones que reclamaban, por lo que únicamente continúan la defensa ejercida por el abogado Juan Marfil y el Ministerio Público.
En declaraciones a los medios, Marfil ha explicado que se ha intentado llegar a un acuerdo pero ha sido "imposible porque el Ministerio Fiscal mantiene que esta persona tenía sus facultades volitivas y cognitivas en perfecto estado". "No reconoce una alteración grave, profunda en sus facultades", ha dicho, señalando que no comparte en "forma alguna esa tesis", por lo que señala que será en el juicio oral donde se enjuicie la situación clínica y biopatológica del acusado.
Ha insistido en que tenía "profundamente y muy alteradas en su día esas capacidades. Eso no fue buscado, fue una crisis desde un punto de vista psiquiátrico, eso conlleva que siga en tratamiento. No buscó encontrarse dentro de este cuadro clínico, fue brote psicótico", ha añadido.
Considera que "clarísimamente" imitó unas "pautas lamentables" del videojuego que emulaba, lamentando que esté a la venta al público porque, por ejemplo, "matar a un policía te da 10.000 puntos, robar un coche mil puntos". "Eso, una persona mayor puede tener capacidad de repulsa pero un menor que pueda comprar ese vídeo creo que es peligrosísimo. Toda la escenografía que vivió la Policía, fueron prototipo y una imitación total y absoluta de ese videojuego que él, como reconoció, llevaba mucho tiempo visionando", ha precisado.
"Entendemos que esta persona es incapaz, inimputable en cuanto tiene una patología de forma grave y profunda al momento de ocurrir los hechos", ha finalizado. La Fiscalía de Almería solicita penas que suman cinco años de prisión para el acusado, que según el fiscal circuló mostrando un "absoluto desprecio por la vida de los demás", fue detenido por agentes de la Policía Nacional tras abandonar el vehículo en el que iba e introducirse en la playa.
D.J.L.A., de 23 años, se enfrenta a cinco años de cárcel por los delitos de conducción temeraria, lesiones, daños y atentado, así como al pago de indemnizaciones que oscilan entre los 225 y 1.819 euros a los propietarios de ocho vehículos y un autobús con los que colisionó, así como a los ciclistas.
La fiscal relata en el escrito de acusación que el acusado presentaba un cuadro "con ideas delirantes y un humor paranoide que afectaba gravemente a sus capacidades volitivas e intelictivas".