El rey emérito, Juan Carlos I, que vive en Abu Dabi desde agosto de 2020 al ser investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo en relación a presuntos negocios irregulares en el extranjero, se ha confesado a la escritora Laurence Debray y le ha asegurado que eligió ese país porque desde allí "no molesta a la Corona".
Además, ha explicado que el motivo por el que se fue de España y se trasladó a vivir a los Emiratos Árabes se debe a que "afrontaba muchas presiones" y reconoce que su intención fue irse a Portugal pero le indicaron que era demasiado cerca.
Son pocos los detalles que filtra París Mach del libro 'Mi rey venido a menos', que saldrá a la venta el Francia el próximo 6 de octubre, en el cual Debray afirma haber mantenido conversaciones telefónicas con el emérito en el otoño de 2020 y haber intercambiado algunos mensajes por WhatsApp durante el confinamiento, antes de haberle hecho una visita a Abu Dabi la pasada primavera.
Pero la revelación más sorprendente viene cuando la biógrafa desvela que la relación entre el rey Felipe VI y su padre se ha roto, hasta el punto de que el primero no le felicitó por su 83 cumpleaños, el pasado 5 de enero. Sin embargo, sus hijas le visitan tres o cuatro veces al año.
Su día a día en Abu Dabi
La escritora, hija del filósofo Regis Debray, amigo de Fidel Castro y de François Mitterrand, que fue detenido junto al Che, explica que Juan Carlos está asistido por cuatro guardaespaldas españoles y una pareja de filipinos que se ocupa del servicio y la cocina.
Se acuesta temprano y cada día se levanta a las 7 de la mañana, hace algo de gimnasia para cuidar su envejecido cuerpo, sometido a una veintena de operaciones, incluido el triple by pass de 2019, y lee todos los diarios españoles con su móvil o su tableta. A veces, uno de los guardaespaldas le acompaña a la piscina para proseguir su rehabilitación.
El resto del tiempo, cuenta la autora de la biografía, lo ocupa en conversaciones largas con sus abogados o con los pocos amigos que no le han dado la espalda.
La comida, lo que más echa de menos de España
A la pregunta de Debray sobre si piensa regresar, el emérito se limita a responder: "Bastaría con tomar el avión". Además, resalta que lo que más añora de España es "la comida", y subraya que un amigo le hace llegar jamón serrano.
Regularmente recibe la visita del emir de Abu Dabi, que es también presidente de EAU y cuyo padre fue un amigo cercano, además de familiares del gobernante. Sus hijas le visitan
"Las instituciones son más fácil destruirlas que construirlas"
Debray le pregunta por qué no ha luchado para proteger y salvar su legado y el emérito responde: "Las instituciones que dejé deberán bastar. Hablan por sí solas. Pero es cierto que es más fácil destruirlas que construirlas".
La Fiscalía mantiene abiertas varias indagaciones sobre Juan Carlos I. La principal se centra en el cobro de 65 millones de euros (77 millones de dólares) por presuntas comisiones de las obras del tren de alta velocidad Medina-La Meca (Arabia Saudí), de las que se hizo cargo un consorcio de empresas españolas, y que en 2012 donó a la que fue su amiga íntima, Corinna Larsen.
Asimismo, tiene puesta la lupa en si recibió donaciones no declaradas y si ocultó fondos en paraísos fiscales. Simultáneamente, la Hacienda española inspecciona si dos regularizaciones fiscales cumplimentadas por el rey Juan Carlos se ajustan a la legalidad.