El País publicó este fin de semana la declaración que prestó Corinna Larsen ante el fiscal Yves Bertossa, que investiga el dinero que el Rey emérito habría recibido de los saudíes por las comisiones del AVE a La Meca y habría ocultado presuntamente en Suiza a través de una serie de fundaciones tapaderas.
La examiga del Rey declaró que Don Juan Carlos le transfirió 64 millones de euros, no para ocultar el dinero, sino por "amor, gratitud" y porque "tenía la esperaza de recuperarla como pareja". Esos 64 millones de euros coinciden con la cantidad que el Gobierno saudí pagó a la Fundación Lucum -presunta tapadera del Monarca- y que este transirió después a una cuenta de Corinna en Bahamas.
Esta declaración se complementa a la conversación que mantuvieron la examiga del Rey y José Manuel Villarejo hace cinco años y que fue grabada por el excomisario. En ella, se escuchaba a Corinna contar que el Rey no distinguía lo legal de lo ilegal, que negociaba comisiones millonarias y que tenía una cuenta en Suiza que cerró cuando el banco le advirtió que tendrían que informar a las autoridades españolas. Según ella, el Rey utilizaba procedimientos diversos para ocultar el dinero que tenía y la usaba a ella para comprar inmuebles en Mónaco y Marruecos.
Este lunes, el diario El Español publica la declaración ante el fiscal de Dante Canónica, gestor de fondos al que recurrían clientes muy relevantes para ver qué se podía hacer con un dinero que no querían que estuviera en conocimiento de la Hacienda española.
Canónica le contó al fiscal en 2018 que en 2007/2008, Arturo Fasana le presentó al Rey Juan Carlos y que el Monarca les convocó a ambos en Zarzuela para informarles de que iba a recibir una donación de 100 millones de dólares del Rey de Arabia Saudí y que quería crear una estructura para tener ese dinero fuera de España.
El gestor insiste en su declaración en que todo tenía que ser transparente, pero de lo que se habla en esa conversación es de la creación de una estructura. De ahí vendría la Fundación Lucum, atribuida presuntamente como tapadera al Rey.
Canónica también cuenta que el Monarca tenía preocupación porque una cuenta en Suiza era una bomba de relojería. Luego Suiza levantó el secreto bancario y hubo que empezar a mover de nuevo el dinero.