Para Teresa Ribera el solo hecho de revertir el proyecto genera desconfianza en las instituciones y en la sociedad. Reconoce que Madrid Central no era suficiente pero sí un primer paso para combatir la mala calidad del aire.
La ministra de Transición Ecológica cree que el toque de atención de Bruselas llegará "muy pronto" por la preocupación que ha generado.
"La Comisión considera que esto es una provocación. Que un nuevo alcalde plantee una reversión de estas características frente a un tema que afecta a la salud de los ciudadanos y que incumple manifiestamente las obligaciones de derecho comunitario es preocupante", ha dicho.
"Aún hay tiempo para reaccionar", asegura Ribera, pero el margen es limitado.