"De la información aportada por las autoridades europeas, se confirma que hasta el momento no se han distribuido productos implicados en España", según informa la Aecosan en su página web. La agencia española tuvo conocimiento de la detección de fipronil en huevos efectuada por Bélgica el pasado 20 de julio a través del Sistema Europeo de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rasff).
El fipronil es un producto no autorizado para su uso en animales de producción de alimentos, y en este caso ha sido utilizado para tratar la presencia de un ácaro denominado "dermanyssuss gallinae" en gallinas de puesta. La Aecosan sostiene que le han comunicado que existe distribución a varios Estados miembros, como Austria, Bélgica, Suiza, Alemania, Dinamarca, Francia, Reino Unido, Irlanda, Italia, Holanda, Polonia, Rumanía y Suecia.
Las medidas adoptadas en estos países sobre las granjas de producción y los huevos presuntamente implicados ha sido, según la agencia, la de proceder al bloqueo de la producción de estas granjas, así como la localización y la retirada inmediata del mercado de los productos implicados.
La Comisión Europea (CE) decidió ayer abrir una investigación para analizar si Bélgica reaccionó tarde en el escándalo de los huevos contaminados con fipronil, un insecticida prohibido para uso alimentario en la UE. El escándalo saltó a los medios a principios de este agosto pero que se remonta hasta junio, cuando la autoridad responsable de la seguridad alimentaria en Bélgica, la Afsca, detectó por primera vez la sustancia en partidas de huevos.
No fue, sin embargo, hasta el 20 de julio cuando Bélgica informó a las autoridades comunitarias a través del sistema de alerta rápida europeo (Rasff), que permite a los demás Estados miembros estar atentos e incluso reforzar los controles si lo estiman necesario.
Según los análisis publicados, fue la granja holandesa Chick Friends la que utilizó este tratamiento, pero fue Poultry Vision, una empresa belga de la provincia de Amberes, la que proporcionó la sustancia a Holanda.