Aunque el semáforo nutricional de colores y letras será similar al que lleva meses implantado en Francia, será adaptado a nuestro país a la dieta mediterránea. Y el primer efecto es que ese etiquetado frontal no se colocará en alimentos de un solo ingrediente, por lo que no es aplicable al aceite, le lecho, la miel o los huevos.
Responde Sanidad a la polvareda levantada en redes sociales nada más anunciar la intención de poner en marcha el semáforo nutricional. Expertos en nutrición detectaron rápidamente que por su condición grasa, el aceite de oliva virgen extra entraría en la misma categoría, letra D, color naranja, que productos como el kétchup o peor categoría que bebidas carbonatadas, aunque sin azúcar o algunas galletas.
Solventando este aspecto, los nutricionistas recuerdan que el semáforo será útil para comparar los productos dentro de un mismo grupo, por ejemplo, un yogur sobre otro, pero no para hacerlo con alimentos de diferentes categorías.