Cuando Fernández Bueno, un preso peligroso condenado a 26 años y medio por violación y asesinato, no regresó a la cárcel cántabra el pasado día 22 de julio tras un permiso ordinario de siete días, los investigadores comenzaron a controlar a sus vínculos más cercanos para dar con su paradero, según explica la Policía en un comunicado.
Los agentes comprobaron que uno sus vínculos "más estables" era su pareja sentimental, con la que la que había mantenido un contacto fluido durante su estancia en prisión. Había conocido a la mujer hacía años en la antigua prisión provincial de Santander (que se cerró en 2009), donde ella trabajaba como educadora social voluntaria, y después ella le visitó en El Dueso ya como su pareja.
Los policías detectaron que durante los días del permiso penitenciario del que nunca volvió a prisión, la mujer había salido del territorio nacional por el puesto fronterizo de Algeciras con dirección a Tánger. Después se constató su paso de Marruecos a Mauritania y, dos días después, se detectó la salida hacia Senegal.
En todos los cruces de frontera, la mujer iba acompañada de un varón que tenía unas características físicas similares a Fernández Bueno, pero que en los controles de documentación mostraba una identidad distinta. Los agentes sospecharon que el hombre, contra el que se había emitido una orden internacional de busca y captura, podía estar utilizando la identidad de otra persona y se activaron los enlaces policiales con los países limítrofes para lograr su localización. Ello permitió queel lunes la pareja fuera identificada en Senegal, cuando intentaba cruzar el puesto de Karang, fronterizo con Gambia.
El condenado será trasladado este martes a Dakar, la capital senegalesa, para iniciar los trámites necesarios para su extradición a España. La Policía Nacional destaca la colaboración mantenida con la agregaduría de Interior de la Embajada de España en Senegal y con la policía senegalesa para lograr la detención del fugado