Aunque queda poco para que termine, aún nos encontramos inmersos en la tercera ola de calor del verano con temperaturas que han estado muy por encima de las habituales para esta época del año.
La magnitud de estos valores entraña muchos riesgos para nuestra salud, como pueden ser los conocidos golpes de calor, episodios que podemos sufrir si nos vemos expuestos de manera continuada a las altas temperaturas.
Sin embargo, otra actividad cotidiana que normalmente pasa inadvertida, pero que también puede generar un gran riesgo es conducir el coche bajo unas condiciones y temperaturas elevadas.
Agobio extremo al entrar en el coche
Son muchas las personas que aparcan sus coches en la calle, directamente expuestos al sol, lo que hace que los vehículos aumenten su temperatura tanto exterior, como interior. Lo que se traduce en una sensación de agobio extremo cada vez que entramos en él y tenemos que esperar a que se enfríe para poder encender el aire acondicionado.
¿Cómo se puede prevenir este agobio por calor al entrar en el coche? Muy fácil. Siete sencillos trucos resultan infalibles si lo que queremos es refrescar el coche y mantenerlo más frío aunque esté aparcado en la calle.
Siete trucos infalibles
Estos trucos no son solo efectivos para aquellos que tienen que esperar a que se enfríe el vehículo para encender el aire, sino también para los que no tienen aire acondicionado o los que prefieren no usarlo para ahorrar energía.
Aparcarlo a la sombra
Muchos prefieren aparcarlo en el primer sitio que encuentran aunque este esté al sol. Sin embargo, está demostrado que un coche aparcado al sol puede alcanzar en su habitáculo hasta 70º de temperatura. Por eso, mejor, perder un poco más de tiempo y encontrar un sitio a la sombra.
Utilizar un parasol
Si por cualquier circunstancia es inevitable encontrar un sitio a la sombra, entonces no quedará más remedio que aparcarlo al sol. Pero para eso también hay trucos para intentar mantenerlo más fresco, como los parasoles.
Es cierto que no reducirán mucho la temperatura del interior, pero sí tendrán buenos resultados contra el sobrecalentamiento del volante, asiento o palanca de cambios.
Abanicar las puertas
Otra de las opciones es refrescar el vehículo abanicándolo con las propias puertas. Es decir, abrirlas y cerrarlas con determinación varias veces mientras se mantiene la puerta o ventanilla opuesta completamente abierta.
Dejar las ventanas abiertas
También es posible dejar la ventanilla abierta medio centímetro mientras el coche permanece aparcado, así el aire interior no se cargará y podrá irse renovando.
Colocar trapos o toallas
Otro truco consiste en colocar toallas o trapos húmedos en las rejillas de ventilación del interior del vehículo.
Dejar bolsas de hielo impermeables
Puede ser otra alternativa para que el interior del coche esté más fresco a la hora de usarlo. Se dejarían en el suelo del habitáculo y contribuirían a refrescarlo un poco.
Encajar una botella de plástico en la ventanilla
Si eres uno de los que no tiene aire acondicionado o sí lo tiene, pero no quiere usarlo en exceso para ahorrar energía, esta alternativa te puede interesar.
Para evitar abrir las ventanillas durante la marcha, lo que se asocia a más ruido, más gasto de combustible y menos aerodinámica, se puede poner en la ventanilla una botella de plástico cortada por la mitad con la parte de la boca dentro del coche para que el viento pase por ella, pero se comprima al entrar en el coche.