La dolencia que la reina Letizia sufre en su pie izquierdo, conocida como neuroma de Morton, le ha obligado a protagonizar una imagen insólita al participar sentada en el besamanos previo a la cena de gala ofrecida este miércoles por los reyes de los Países Bajos en el Palacio Real de Ámsterdam.
Puesto que los saludos a los cerca de 220 invitados al banquete iban a durar unos 45 minutos, doña Letizia, con vestido de noche y tiara, optó por adoptar una postura más descansada y se sentó en una silla, mientras que Felipe VI y los reyes neerlandeses, Guillermo Alejandro y Máxima, permanecieron de pie.
Es la primera ocasión en la que la reina tiene que sentarse en un acto de estas características a causa del neuroma, una afección vinculada con la metatarsalgia crónica que padece desde hace varios años y que es una lesión bastante común que genera molestia en la zona de apoyo de la planta del pie.
De su problema físico se tuvo conocimiento a través de los medios de comunicación en septiembre de 2022, poco antes de cumplir 50 años, y tiene entre sus causas el uso de zapatos con mucho tacón. Desde entonces, la reina ha empleado calzado con menos elevación para tratar de aliviar la dolencia.
¿Qué es el neuroma de Morton?
El neuroma de Morton consiste en la irritación o engrosamiento de uno de los nervios de la planta del pie, que son los que dan sensibilidad a los dedos, y se da principalmente en mujeres con pie estrecho y en la cuarta o quinta década de su vida.
En declaraciones a EFE el traumatólogo y experto en la patología del aparato locomotor Jaime Vilaró ha explicado que el neuroma de Morton causa dolor, quemazón y calambres en los dedos del pie. El neuroma (bulto) se detecta con una ecografía o una resonancia y puede ser del tamaño de una lenteja o más grande, como un garbanzo.
¿Cuál es el tratamiento?
"No se trata de un bulto visible" o que se pueda detectar al tacto "sino que queda oculto entre los huesos del pie y distribuido entre la grasa" ha señalado este experto que plantea primero tratamientos conservadores como usar zapatos de horma más o menos redonda y no sobrecargar el pie con determinados ejercicios físicos.
El siguiente tratamiento, de no funcionar el uso de zapato ancho, serían plantillas con un apoyo por detrás de la cabeza de los metatarsianos "para abrir un poco estos huesos y que no estén tan comprimidos".
A eso, ha dicho, se puede añadir un antiinflamatorio oral y terapias físicas, que están funcionando muy bien y se basan en radiofrecuencia y pulsaciones que adormecen el nervio y rebajan la inflamación. A partir de ahí, el siguiente paso es infiltrar analgésico local con corticoides pero siempre acompañado de zapatos anchos y un apoyo por detrás de los metatarsianos.
"Si todo fracasa se llega a la cirugía"
Vilaró ha explicado que para operar hay dos técnicas: si el bulto es pequeño y el espacio de los huesos también "se corta un ligamento que une los dos huesos, que tienden a separarse y el neuroma recupera espacio".
La segunda técnica se emplea cuando el neuroma es grande. En ese caso, ha explicado, "la cirugía lo que hace es resecar el tumor y se manda a anatomía patológica para confirmar el diagnóstico".
Vilaró ha admitido que con esta intervención desaparece el neuroma, pero dado que son nervios que dan sensibilidad a la piel "durante una buena temporada, es posible que entre el tercer y cuarto dedo del pie quede la sensación del tacto alterada, con un percepción similar a tocar corcho".
Este traumatólogo ha subrayado que el neuroma de Morton tiene solución, pero siempre se empieza por tratamientos suaves y conservadores que se van incrementando hasta llegar a los de más intensidad.
Vilaró ha comentado que el neuroma puede aparecer en los dos pies, pero no es frecuente. Es muy raro que un paciente llegue al quirófano con neuromas para operar en ambas plantas del pie.