Tras aterrizar en el aeropuerto Francisco Sa Carneiro, donde fueron recibidos por el ministro portugués de Relaciones Exteriores, Augusto Santos Silva, Felipe VI y la Reina Letizia se dirigieron al centro histórico de Oporto.
Allí, en la Plaza de la Libertad, engalanada con estandartes con los colores de las banderas nacionales portuguesa y española, les esperaba el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa.
Centenares de personas aguardaban también su llegada tras unas vallas de seguridad situadas a ambos lados de la plaza, presidida por el edificio del Ayuntamiento, donde el alcalde, Rui Moreira, les entregará la Llave de la Ciudad.
Acompañados en este viaje por el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, los Reyes bajaron del vehículo en el que se desplazaron desde el aeropuerto para cambiar de automóvil en la misma plaza.
Este coche de época subió después por la pendiente que forma la plaza escoltado por un escuadrón de Caballería de la Guardia Republicana, entre aplausos del público.
Felipe VI y la Reina Letizia saludaron a Rebelo de Sousa y al presidente de la Cámara Municipal, el alcalde Rui Moreira, y tras escuchar los himnos nacionales de Portugal y España mientras sonaban salvas de honor, los dos jefes de Estado pasaron revista a las tropas formadas en la explanada.
Seguidamente todos se dirigieron al interior del Palacio de Passos do Concelho, donde tiene su sede el Ayuntamiento, mientras los Reyes correspondían saludando con la mano a los aplausos de los portuenses.
Será en este recinto donde se celebrará el primer acto oficial de la visita de los Reyes de España, en el que Felipe VI pronunciará el primero de los seis discursos que tiene previsto pronunciar durante los tres días de su estancia en Portugal.