Son datos aportados a Efe por el Ministerio de Educación, cuyo teléfono para denunciar acoso escolar (900 018 018) está destinado a alumnos, padres, profesores, equipos directivos, personal de los centros docentes o cualquier otra persona que tenga conocimiento de malos tratos o acoso en el ámbito escolar, fuera y dentro de las aulas.
La atención a las personas que llaman al teléfono no es sólo psicológica, ya que se cuenta con un equipo de trabajadores sociales, juristas y sociólogos que prestan la atención que el menor necesite, según se detalla en la web del Ministerio de Educación.
Además, se pueden derivar los casos a las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, la inspección educativa, centros de salud, Ministerio Fiscal y otras autoridades e instituciones competentes.
Este teléfono se integra en el Plan Estratégico de Convivencia Escolar del Ministerio, en el que también se contempla la activación del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar.
Se da la circunstancia de que este Observatorio no se convoca desde hace seis años y que, además, se está a la espera de que se apruebe un proyecto de real decreto que lo modifique.
No obstante, el Pleno del Consejo Escolar del Estado aprobó el pasado mes pedir al Ministerio la convocatoria urgente de este Observatorio por la Convivencia Escolar a petición de la Confederación estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae).
Similar al teléfono contra el acoso escolar del Gobierno es el Teléfono de Ayuda a Niños y Adolescentes (900 20 20 10) de la Fundación ANAR, que en pocas semanas informará sobre el número de llamadas atendidas en 2017.
El director de Programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, recuerda a Efe que el acoso "no descansa ni en vacaciones".
"El que sufre ciberacoso continúa sufriéndolo en Navidad, tiene desgraciadamente el peor de los regalos", lamenta Ballesteros, que explica que en estas fechas se recibe "un volumen un poco menor de llamadas, como pasa en verano, pero siguen principalmente porque las redes sociales siguen activas".
Las víctimas tardan trece meses de media antes de pedir ayuda, concluye un reciente estudio de ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, aunque Ballesteros señala como punto positivo de las últimas campañas de prevención el hecho de que haya más compañeros de las víctimas de acoso que dejan de sentirse "chivatos" y les ayudan.
Tanto el teléfono del departamento que dirige Íñigo Méndez de Vigo como el de la Fundación ANAR las llamadas pueden dar a conocer casos que se produzcan dentro y fuera de las aulas, incluyendo los episodios de ciberacoso.
Ambos teléfonos funcionan las 24 horas, los 7 días a la semana, y todos los días del año; las llamadas son gratuitas y confidenciales.
Desde ANAR se recuerda la importancia de que en los centros se ayude a identificar conductas de malos tratos entre los alumnos, que se ofrezcan alternativas que favorezcan la convivencia y se sensibilice sobre las consecuencias del acoso escolar y del papel que desempeña el grupo.
Además, se debe trabajar para que los chicos sepan afrontar una situación de acoso pues "los niños y adolescentes, pueden llegar a pensar que son culpables e incluso pueden creerse merecedores de la violencia, pudiendo normalizarla, justificarla y como consecuencia tolerarla", señalaba ANAR en su Memoria 2016, dada a conocer el pasado año.
En el 82,9 % de los casos el acosador suele ser compañero de clase y, por tanto, la edad media es similar a la de la víctima: 14 años.
El perfil de los acosadores también indica que pueden ser chicos o chicas, aunque en el 40,6 % de los casos eran varones.
Respecto a las víctimas, siete de cada diez adolescentes acosadas por "ciberbullying" son mujeres.