El otoño astronómico dará comienzo el próximo viernes 23 de septiembre a las 03:04 de la madrugada. Junto a el vendrán un aumento de las temperaturas y descenso de las precipitaciones en el centro y oeste peninsular, zonas que actualmente están pasando por un grave periodo de sequías.
Este lunes se ha presentado en una rueda de prensa la predicción estacional y el análisis climático del verano realizado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Su portavoz, Rubén Del Campo, ha avanzado que los meses de otoño lloverá será más cálido de lo que es habitual a nivel nacional, siendo mayor esta diferencia en la vertiente mediterránea y Baleares. Esta tendencia podría continuar durante los primeros meses de 2023.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha señalado durante la presentación lo "particularmente cálido y seco" que ha sido el verano este año, avisando de la importancia de prepararse frente a los posibles fenómenos meteorológicos extremos que podrían afectar al país.
"A mediados del siglo nos podríamos estar enfrentando a veranos insoportables", ha denunciado mientras señalaba las temperaturas atípicas sufridas en la estación estival. Este 2022 se han superado holgadamente las máximas sufridas en 2003, año más cálido hasta ahora.
Un verano marcado por las altas temperaturas
Uno de los ejemplos del cambio meteorológico sufrido estos últimos meses han sido las olas de calor que han afectado al territorio español. Este verano ha habido 42 días en los que el país ha estado en este tipo de situación, multiplicando por tres el promedio anual de la década pasada.
Del Campo ha indicado que la temperatura promedio del último trimestre se ha situado en los 24 grados, más de dos grados por encima de lo normal, calificando la época como "extremadamente cálida". La única excepción a esta regla han sido la costa gallega y asturiana, el extremo occidental andaluz y demás puntos aislados, ya que estos únicamente padecieron temperaturas de carácter "muy cálido".
En Baleares el verano fue extremadamente cálido en Mallorca y muy cálido en el resto de las islas, mientras que en las Canarias resultó en conjunto muy cálido. También ha afectado a la temperatura superficial del agua del Mediterráneo, que se ha mantenido en valores superiores de manera ininterrumpida desde mayo.
Olas de calor históricas
En total se han podido contabilizar tres olas de calor distintas. La primera ocurrió entre el 12 y el 18 de junio, siendo así la segunda más temprana desde que existen registros, mientras que la segunda sucedió entre el 9 y el 26 de julio. Esta última fue conocida por su larga duración, de dieciocho días, y su extensión ya que afectó a un total de 43 provincias ganándose el título de la más intensa registrada a nivel nacional.
La tercera, acaecida entre los días 30 y 15 de agosto fue la tercera más duradera con diecisiete jornadas. En total, cerca de la mitad del verano se ha encontrado bajo los efectos de una ola de calor, superando el anterior récord establecido en 2015. El portavoz de la Aemet también ha aclarado que si se dispusiera de registros históricos climáticos, probablemente "este habría sido el verano más cálido en los últimos 100 años".
Una estación muy seca
Las precipitaciones han sido extremadamente escasas durante los meses de junio y julio, aunque agosto pudo obtener un valor de lluvia normal gracias a las fuertes tormentas. Únicamente se pudieron registrar 48 litros de agua por metro cuadrado, un 35% menos que la media. Debido a esta situación, el país sufrió una "sequía meteorológica" a finales de agosto, especialmente intensa en el oeste y la mitad norte peninsular.
Estos datos coinciden con los valores hídricos, ya que el año hidrológico actual se ha saldado con un 25% menos de lluvias, acabando como uno de los tres más secos de la serie. La agencia ha insistido en que España es muestra de un constante alargamiento de los veranos en detrimento del otoño y la primavera.
