A la hora de convertirse en propietario de un inmueble, uno de los pasos a seguir es contratar un seguro de hogar. De hecho, en el mismo momento de obtener la hipoteca, es muy probable que tu banco te ofrezca este tipo de producto que bonifique parte de tus cuotas. Antes de contratar un seguro de este tipo es importante tener en cuenta qué es y qué tipo de cobertura nos puede ofrecer.
Cuado hablamos de seguro de vida, nos referimos a una póliza que protege una vivienda y sus contenidos contra una variedad de riesgos y daños. Las coberturas específicas pueden variar según la póliza y la aseguradora.
Las coberturas básicas de un seguro de hogar
Las coberturas más comunes que incluyen este tipo de seguros son:
- Cobertura de la estructura o edificio: incluye daños estructurales por incendio, daños por fenómenos naturales causados por tormentas, granizo, vientos fuertes, terremotos, inundaciones y otros desastres naturales, daños por agua (fugas de agua, tuberías rotas, o desbordamientos de agua dentro de la casa), daños por explosiones (de gas u otros productos químicos), así como daños por vandalismo o daños por impacto.
- Cobertura de contenidos: hace referencia a los enseres personales, ya sea por pérdida o daño de ellos. Cubre el mobiliario, electrodomésticos, ropa, y otros objetos personales en caso de incendios, robos, daños por agua, entre otros. Dentro de ella también está incluida la cobertura de joyas y objetos de valor, pero generalmente con un límite específico.
Coberturas de tipo opcional en el seguro del hogar
Las coberturas de tipo opcional en un seguro de hogar son aquellas que no están incluidas en la póliza básica y que el asegurado puede elegir agregar para aumentar la protección de su vivienda y bienes. Pueden variar según la compañía aseguradora y las más comunes son:
- Cobertura de joyas y objetos de valor: la póliza básica suele cubrir hasta cierta cantidad, pero si quieres añadir la cobertura deberás pagar más por ello. Esto también puede incluir cuando se dan robos de estos objetos fuera del hogar.
- Protección frente a ciberriesgos: en algunas pólizas modernas, se incluye protección contra delitos cibernéticos, como el robo de identidad o el fraude online.
- Daños por actos terroristas: algunos seguros ofrecen protección en caso de daños derivados de actos terroristas.
- Responsabilidad civil ampliada: es posible incrementar el límite de la cobertura de responsabilidad civil para proteger al asegurado en caso de que deba responder por daños causados a terceros dentro o fuera del hogar.
- Pérdida de llaves o reposición de cerraduras: en caso de que tu cerradura se atasque o que funcione mal, algunos seguros cubren este aspecto. La garantía de asistencia de cerrajería incluye desde mandar un cajero hasta el cambio de la propia cerradura
- Tarjetas de crédito/débito: hay seguros en los que existe una opción por la que te pueden bloquear el teléfono o las tarjetas en caso de que los pierdas, evitando así el robo de dinero
- Servicios de manitas: aunque estos servicios suelen tener un máximo de intervenciones, hay algunos seguros que cubren desde cambiar un grifo, montar muebles, colgar una lámpara, etc.
- Comida estropeada en la nevera: si has sufrido un apagón en casa durante un tiempo que ha hecho que la comida de tu nevera se eche a perder, hay garantías por las que el seguro puede cubrir esos alimentos estropeados.
- Placas solares: si tienes placas solares, puedes incluirlas en el seguro para que estén cubiertas ante un incendio, rotura de cristales o robo en general.
- Replantar: si tienes un jardín en casa, tu seguro puede cubrir su reposición por algún fenómeno climático adverso incluido en la póliza.
Consejos a la hora de contratar un seguro de hogar
Algunos aspectos que debes valorar antes de contratar este tipo de póliza son:
- Evalúa tus necesidades en relación con el valor del contenido: haz un inventario de tus pertenencias para determinar su valor y asegurarte de que estén adecuadamente cubiertas.
- Evalúa las características de la vivienda: considera el tipo de construcción, ubicación, tamaño, y edad de la vivienda. Estos factores influyen en las coberturas que podrías necesitar y en el coste del seguro.
- Analiza los riesgos específicos que puedes sufrir: si vives en una zona propensa a inundaciones, terremotos u otros riesgos naturales, asegúrate de que el seguro incluya coberturas para estos eventos.
- Compara diferentes pólizas y revisa las exclusiones.
- Realiza un estudio de tu póliza personalizada: además de las coberturas básicas (como incendio, robo, o daños por agua), considera agregar coberturas opcionales que se ajusten a tus necesidades, como daños estéticos, responsabilidad civil ampliada, o asistencia en el hogar.
- Verifica la solvencia y reputación de la aseguradora: asegúrate de que la aseguradora tenga buena reputación y solvencia financiera. Esto es crucial para que puedan responder adecuadamente en caso de siniestro.
- Evalúa el servicio al cliente: investiga cómo es el servicio de atención al cliente de la aseguradora, especialmente en la gestión de siniestros. Lee opiniones de otros clientes para saber cómo responden en situaciones de emergencia.
- Actualiza la póliza periódicamente: revisa tu póliza cada año o cuando realices reformas importantes en tu hogar. Esto te permitirá ajustarla a los cambios en el valor de la propiedad o a nuevas necesidades de cobertura.
