El animal presentaba terribles lesiones fruto de esas agresiones llevadas a cabo por el hermano de su dueño. "Ese hombre venía y se quedaba cada fin de semana, usando ese tiempo para violar y abusar de Pincho. Se quedó doblemente incontinente y necesitaba usar pañales. También tuvo problemas con sus rodillas y caderas causadas por el abuso, lo que significaba que no podía caminar correctamente", aseguraba la actual dueña del canino al diario The Sun.
Cuando conoció su historia, Yvonne West quiso darle un hogar en Haverhill, Reino Unido. También llevó a cabo una campaña de financiación colectiva para poder darle a Pincho y otros perros una mejor vida.