Madrid |
Se debe la mudanza a reforma del inolvidable edificio, que nos es tan cercano por ser escenario de múltiples secuencias de cine, aunque la más recordada sea la de Audrey Hepburn en 'Desayuno con Diamantes'. El caso es que para emprender los trabajos de rehabilitación ha sido necesario trasladar todos los fondos de la joyería y la operación se ha rodeado de un despliegue sin precedentes.
Son 88 los pasos, recuerda The New York Times, que han tenido que recorrerse en el traslado. 88 pasos que han precisado del apoyo de 300 cámaras de seguridad, un plan de mudanza bajo el más estricto secreto y 30 guardias estableciendo un cordón de seguridad minucioso que no pudieron atravesar más que los operarios encargados de la operación.
A los propios empleados de Tiffany, involucrados desde hace semanas en el secreto, se les pidió absoluto silencio para evitar cualquier riesgo.
Durante el traslado cada una de las 114.179 piezas fue almacenada en armarios móviles, provistos de ruedas y sellados con plástico retráctil.
18 horas de mudanza y es la segunda que afronta Tiffany. En la primera, a su sede de la Quinta Avenida, en 1940, desaparecieron tres tazas y dos vasos. En la del domingo todo fue a la perfección. Entre las joyas trasladadas figuraban anillos de diamantes de 4000 dólares, collares de diamantes de 165.000 y hasta un anillo de compromiso de más de 10 quilates que cuesta dos millones y medio de dólares. Dicen las crónicas que pesa lo que una bala.
Todo llegó de forma correcta a su destino, un edificio contiguo a 88 pasos del anterior. La única pieza que no se trasladó fue el emblema de la casa, oculto en un lugar secreto. Es un diamante de 128,54 quilates y valor incalculable.