El aguacate se ha convertido en uno de los productos mas demandados en el supermercado. Su textura y sabor hacen de él un producto muy versátil con el que podemos preparar numerosas recetas. Además, el aguacate es una fuente rica en vitamina E, un potente antioxidante que ayuda a combatir el envejecimiento y prevenir algunos tipos de cáncer.
Pero para sacarle todo el partido posible a esta fruta, debemos elegir el aguacate adecuado, aquel que está en su punto de maduración óptimo. Esto no siempre es sencillo, ya que el color de su piel puede confundirnos.
Cómo elegir el mejor aguacate en el supermercado
Para evitar llevarnos un chasco a la hora de abrir el aguacate (porque esté demasiado duro o ya pasado) existe un truco que nos ayudará a escoger el adecuado.
Se trata de quitar el botón situado en el lugar por donde estaban unidos al árbol, y una vez retirado, podremos comprobar el grado de maduración del aguacate. Si al quitarlo se ve blanquecino o verde muy claro, el aguacate está poco maduro.
Si debajo del botón, por dentro se ve un color amarillo o verde intenso, el aguacate está en su punto. Si, por el contrario, observamos un color marrón, es mejor descartarlo, ya que es muy probable que el aguacate esté pasado.
Cómo conservar los aguacates para que duren más tiempo
Además de elegir bien el aguacate, es importante que, una vez abierto, sepamos conservarlo para que no se pongan malo enseguida. Así puedes hacerlo:
Sepáralo de otras frutas
Cuando está verde, para retrasar su maduración, deben conservarse a temperatura ambiente y lejos de otras frutas hasta que estén completamente maduros.
Déjalo en la nevera
Una vez cortado el aguacate, su pulpa se oscurece. Un truco para evitarlo es colocar la parte expuesta boca abajo sobre un plato con una fina capa de aceite de oliva en el fondo.
Otra opción es guardarlo en un tupper de vidrio junto a una cebolla partida y así, se mantendrá fresco durante más tiempo.
Usa el congelador
Separado por mitades, sin semilla y sin cáscara, se puede guardar en una bolsa de plástico añadiendo un poco de jugo de limón para evitar que se ponga marrón la superficie. De hecho, se puede guardar entero y cuando se quiera comer solamente se debe poner a descongelar, su sabor se habrá mantenido.