Uno de los grandes placeres del verano es disfrutar de una cerveza fría al sol. Un plan sin fisuras que a veces encuentra el problema de que se nos ha olvidado refrigerar la lata o botella de la bebida. No te preocupes. Hay un método infalible para que en unos pocos minutos tengas tu cerveza lista para consumir en temperatura óptima.
El truco definitivo para enfriar la cerveza
Para lograr bajar la temperatura de una cerveza a temperatura ambiente solo necesitas cuatro elementos. Un recipiente para depositar la cerveza, agua, hielo y sal. Te puedes imaginar el proceso. Cubre la bebida con los hielos y el agua y por último, introduce el elemento clave, la sal. Esta será la que produzca la reacción endotérmica que permite enfriar la cerveza.
La sal para disolverse en el agua busca el calor, al estar rodeada de hielo, absorberá el calor de la botella o la lata. Eso hará que el envase se enfríe mucho antes de lo que lo haría si no hubiera sal en el recipiente. Hay que tener en cuenta que cuantas más bebidas intentes enfriar, más lento será el proceso.
Otra alternativa
Otro truco que funciona, en este caso sí necesitas el congelador, es el de enrollar la cerveza en papel de cocina mojado y después introducirlo en el congelador. Si impregnas el papel con sal, mismo funcionamiento que el truco anterior. En unos minutos, aunque no tan rápidamente como con el método del hielo, tendrás lista tu cerveza. Pero si el ansia te puede, mejor acuérdate de meter toda la bebida en la nevera con suficiente tiempo.