En un auto, el TSJCYL estima la medida cautelar solicitada por el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA), en la que se pedía la suspensión de la aplicación de la orden anual de caza emitida en junio pasado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. La admisión de la medida cautelar, según el PACMA, supone la paralización por el momento de cualquier actividad cinegética en la comunidad de Castilla y León.
Según lo expuesto en el recurso, el PACMA pedía la suspensión cautelar de la orden anual de caza debido a que posibilitaba "la caza de especies de la fauna silvestre sin contar con estudios científicos objetivos y actualizados que permitan, desde el punto de vista de la actualización de la especie, la práctica de esa actividad".
Frente a esto, la administración autonómica consideraba que "no hay ningún principio de prueba de esta afirmación y que ninguna de las especies que pueden ser cazadas son especies protegidas".
Sin embargo, el auto admite que "los daños pueden producirse en la medida que se permita la caza de especies sin contar con información relativa al nivel de población, distribución geográfica y tasa de reproducción de las distintas especies silvestres y al grado de incidencia de la actividad cinégetica en la conservación de las mismas".
El auto cuenta con un voto particular de uno de los magistrados quien argumenta que "la mera invocación a la conservación de la especie no puede prevalecer" frente a los perjuicios de los que se da cuenta en informes de varios expertos.
Estos informes aluden a los efectos de episodios como la superpoblación que puede derivarse de la suspensión de la caza, entre los que se citan daños en los ecosistemas y en la agricultura, impacto económico para los cazadores y en el empleo de la comunidad, siniestralidad viaria y perjuicios para la hacienda pública.
Después de la suspensión del reglamento, el pasado día 28 el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y león, Juan Carlos Suarez-Quiñones, anunció que se retomaría una modificación de la Ley de Caza con el apoyo de los grupos de las Cortes de Castilla y León.
Esta modificación se aprobará en el ultimo pleno de las Cortes de Castilla y León, previsto para el próximo 26 y 27 de este mes de marzo, con lo que, a juicio del consejero de Fomento y Medio Ambiente, se salvaría el escollo de la prohibición de la caza en la comunidad autónoma.
En lo que tilda de "nuevo varapalo a la caza en Castilla y León", el Pacma asegura haber propiciado también, merced a un recurso, la paralización la Orden de Caza en la Comunidad, "lo que a todas luces paraliza cualquier actividad cinegética en toda Castilla y León".
"Celebramos la nueva decisión del tribunal, que no se ha dejado vencer ante la presión ejercida por todos los partidos políticos e instituciones públicas más preocupadas por la afición de los cazadores que por la vida y la salud de la fauna en Castilla y León", continúa el Pacma.
El partido animalista insiste en que mientras no existan argumentos científicos que corroboren el estado de las poblaciones de animales en la región "no se debe volver a cargar una escopeta contra los animales".
De hecho, sostiene que tanto la aprobación del Reglamento impugnado como la Orden de Caza dejan claro la "manga ancha de la administración con el sector de la caza.Desmontaremos pieza a pieza el entramado legal que sustenta la caza hasta conseguir la prohibición", explica la candidata del Partido Animalista a la Presidencia del Gobierno, Laura Duarte.
La decisión judicial, calificada "sin precedentes hasta el momento" por el Pacma, supone un "varapalo para quienes han hecho bandera del apoyo a una actividad violenta como la caza para ganar votos".
En el mismo comunicado, el Pacma facilita una extensa lista de especies para recordar el logro conseguido y que deja a las mismas protegidas de los cazadores.
Así, en cuanto a especies de caza menor, incluye más de una veintena de aves y cinco mamíferos, como el conejo (Oryctolagus cuniculus), la liebre de piornal (Lepus castroviejoi), la liebre europea (Lepus europaeus), la liebre ibérica (Lepus granatensis) y el zorro (Vulpes vulpes).
En cuanto a caza mayor, quedarían protegidos igualmente la cabra montés (Capra pyrenaica), el ciervo (Cervus elaphus), el corzo (Capreolus capreolus), el gamo (Dama dama), el jabalí (Sus scrofa), ellobo (Canis lupus), únicamente las poblaciones al Norte del río Duero, así como el muflón (Ovis musimon) y el rebeco (Rupicapra pyrenaica).