Todo ocurrió el día 15 de Febrero, después de que un vecino avisara la policía de que había visto a dos individuos que parecían árabes y que estaban rezando, dejando un paquete negro sobre la vía del tren. Se activó el protocolo de atentado y se cortó el tráfico ferroviario durante dos horas.
Al final se descubrió que era una piña hueca con diverso material dentro. La policía detuvo a un hombre español que explicó que se trataba de un conjuro de amor para recuperar a su expareja. El conjuro no tuvo mucho éxito porque la expareja presentó días después una denuncia por violencia machista que ha acabado con una orden de alejamiento de un año.