La situación de la vivienda en España pone en riesgo de pobreza a 780.000 niños, niñas y adolescentes más. Nuestro país tiene la peor tasa de pobreza infantil de toda la Unión Europea y el coste de la vivienda incrementa en casi 10 puntos porcentuales los ya muy altos niveles de pobreza infantil en España. Si de los ingresos se dedujeran los gastos de la vivienda, la tasa pasaría del 28,9% al 38,6%. Esta es una de las conclusiones del informe Yo también vivo aquí de UNICEF España. Su director ejecutivo, José María Vera expone que "la tasa de pobreza infantil en nuestro país es ya muy alta, la más alta de la Unión Europea. Y la vivienda, que se está convirtiendo en un bien menos accesible para muchas familias, es cada vez más, un factor importante de incremento de la pobreza infantil. Sin embargo, la infancia está prácticamente invisibilizada en las políticas públicas relativas a este ámbito".
Los hogares con niños son el 33,5% del total de hogares en España. La sobrecarga de gastos en la vivienda supone que los hogares destinen al menos un 40% de su renta a gastos relacionados con vivienda, y un 11,5% de la infancia en España vive en un hogar con sobrecarga de gastos de vivienda. La subida de los precios y la falta de acceso a la misma por parte de familias vulnerables son algunas de las causas que atribuye la organización a todos estos datos. Muchas familias soportan costes excesivos, disponen de menos recursos para otras necesidades de los niños y niñas, viven hacinados o en situaciones precarias.
Los retrasos en pagos de gastos de la vivienda en hogares con niños, niñas o adolescentes en España afectan a en torno a uno de cada cinco niños en hogares en situación de riesgo de pobreza. Más de medio millón de niños, niñas y adolescentes viven en una vivienda que sufre una carencia severa, es decir, tiene un hogar considerado hacinado y que presenta goteras, no dispone de baño, ducha o retrete interior o no tiene luz y es demasiado oscura. A ello se suma, que casi el 17% de los hogares con niños no puede mantener la casa a una temperatura adecuada durante el invierno.
Más de medio millón de niños, niñas y adolescentes españoles viven en una vivienda que sufre carencia severa
No tener una vivienda adecuada supone un obstáculo para acceder al derecho de un nivel de vida apropiado y afecta a las oportunidades de futuro de todos estos niños, niñas y adolescentes. Además de repercutir en otros ámbitos y derechos de la infancia.
Problemas de salud
Los problemas de salud física son los primeros a los que se enfrentan los niños en estas condiciones. Pasar demasiado calor o frío en casa puede derivar, expone la organización, en problemas de salud física y además están en mayor riesgo de sufrir accidentes domésticos relacionados con incendios o intoxicación si en casa tienen que utilizar alternativas al suministro energético como son las velas o las estufas.
Otro de los problemas a los que tienen que hacer frente son los efectos que esta situación deja en la salud mental de todos los niños y niñas. Incertidumbre, inseguridad residencial, ansiedad. UNICEF expone que pueden somatizar el estrés de su entorno familiar si son conscientes de que los adultos no pueden pagar las facturas o hacer frente a los pagos del día a día. Además esto deja efectos sobre la educación, ya que tienen más dificultades para desarrollar con normalidad la educación obligatoria. A veces no tienen espacio propio para poder estudiar y hacer sus deberes, no pueden concentrarse, no pueden comprar los libros o carecen de recursos básicos como es la luz y una temperatura adecuada. Como consecuencia, sus oportunidades de futuro también caen.
"Hemos comprobado que las tasas más altas de retrasos en pagos relacionados con vivienda se concentran en los hogares con niños, o que la sobrecarga en el gasto en vivienda es mayor para los menores de 18 años, cosa que solo ocurre en seis países de la UE. Por tanto, es necesario abordar este problema y tener en cuenta a la infancia, algo que no está ocurriendo: el Plan Estatal de Acceso a la Vivienda, por ejemplo, no menciona ni una sola vez a los niños y niñas o a la infancia, solo los considera un anexo a la situación familiar. La infancia debe ser tenida en cuenta" solicita Vera.