La estrategia comercial de las marcas, denuncian los médicos de familia, es tan potente, que los adolescentes están borrando el verbo fumar de sus mentes porque "consideran que ellos no fuman, sino que vapean". Esa falsa sensación de inocuidad es la demostración del éxito de un producto desarrollado para compensar el descenso de las ventas de los productos tabáquicos convencionales aprovechando una total falta de regulación que permite que estos vapeadores se vendan a menores, incluyan saborizantes o se publiciten como libres de nicotina.
Por ello la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, SEMFYC, pide que se avance en la normativa para equiparar estos dispositivos al tabaco convencional y echa de menos "campañas dirigidas a los más jóvenes explicando el daño que estos productos pueden causar desde el primer momento en sus organismos".
Los vapeadores son la puerta de entrada al tabaco convencional
La encuesta que SEMFYC realiza cada año con motivo de la Semana sin Humo (del 25 al 31 de mayo, día mundial sin tabaco) muestra por primera vez el consumo de tabaco y otros productos derivados por rango de edades y los resultados son evidentes. En la franja de edad entre los 14 y los 18 años, el consumo de vapeadores está en el 21%. Las cachimbas superan el 14% y los cigarrillos tradicionales están en el 13%. Uno de cada cuatro adolescentes de esa edad, menores de edad, consume cigarrillos electrónicos de forma habitual. "Que además de ser perjudiciales por si mismos, ejercen de puerta de entrada al consumo de tabaco convencional", explica Susana Morena, coordinadora de la Semana sin Humo de Semfyc. La demostración está en el análisis de la franja siguiente de edad. Entre los 19 y los 24 años el consumo de cigarrillos clásicos supera ya el 19%. El uso de vapeadores baja al 14% y las cachimbas se quedan en el 11,5%.
A estos datos hay que añadir las respuestas a otras preguntas: el 40% de los adolescentes desconoce los perjuicios que provocan los nuevos productos derivados del tabaco y hasta un 7,5% de los chavales entre 14 y 18 años consumen tabaco mezclado con cannabis.
Los encuestados piden más zonas sin humo
Además de los datos relacionados con el consumo, la encuesta Semana sin Humo 2023 aborda los espacios libres de humo, detectando un aumento progresivo de ciudadanos a favor de cambiar la legislación para ampliarlos a más zonas. Preguntados a nivel general se supera el 91%, aunque hay diferencias sobre los lugares: el 70% prohibiría el consumo en paradas de autobús, el 60,7% en playas, el 71,6% en terrazas, el 81,7% lo prohibiría alrededor de los centros educativos y el 47,2% incluso en el interior de los coches con embarazadas o menores a bordo.
Relacionado con los espacios sin humo, hay un alto porcentaje de encuestados, por encima del 80%, que se muestran partidarios de una normativa que obligara a las multinacionales tabaqueras a costear la limpieza de las colillas del medioambiente. En las playas, por poner un ejemplo, suponen el 25% de la basura.
Los médicos defienden el empaquetado neutro y el aumento del precio del tabaco
Dejar de fumar, recuerdan los médicos de familia "es el mejor regalo que uno puede hacerse a uno mismo". Y por ello recuerdan al Ministerio de Sanidad el compromiso en la lucha contra el tabaco, la estrategia nacional que sigue sin publicarse y la trasposición de las normas europeas que seguimos sin cumplir, entre ellas el empaquetado neutro de las cajetillas. Esa y el precio del tabaco "se han demostrado como las mejores políticas para reducir la prevalencia del tabaquismo", recuerda la doctora Morena. En España fuma casi el 20% de la población y si miramos a nuestros países vecinos "tenemos mucho espacio de mejora, Portugal, Francia o Irlanda han conseguido unas tasas de fumadores en el entorno del 11%, gracias a políticas como esas cajetillas sin marca o el coste del tabaco".
El tabaco, recuerda la Sociedad Española de Oncología Médica, SEOM, mata a la mitad de sus consumidores y es el principal factor de riesgo evitable para el desarrollo de tumores y muertes por cáncer. Es causa de casi 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón y eleva el riesgo de padecer hasta otra veintena de tumores.