El Ministerio de Sanidad ha anunciado una estrategia para administrar la cuarta dosis de la vacuna contra la Covid-19 a la población general.
El pasado jueves, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmó que "habrá cuarta dosis para toda la población", pero Sanidad puntualizó después que aún "no hay fecha determinada" para la administración de la cuarta dosis en la población general, aunque "en algún momento se pondrá a todo el mundo".
Así, la estrategia de Sanidad, como marca la Comisión de Salud Pública, es empezar a vacunar con la cuarta dosis a los mayores de 80 años en una fecha aún indeterminada y después ir bajando de grupo de edad a medida que vaya evolucionando la situación, tal y como se ha realizado en las anteriores rondas de vacunación.
Cuarta dosis de la vacuna: ¿protege frente a todas las variantes?
Los expertos coinciden en que una cuarta dosis de vacunas de ARN mensajero, como la de Pfizer o Moderna, son seguras y aumentan la inmunidad.
Por su parte, la OMS ha emitido dos comunicados en los que insiste en que las vacunas protegen frente a la enfermedad "grave" y "muerte"en todas las variantes.
"La prioridad sigue siendo lograr altas tasas de cobertura con la serie primaria y las dosis de refuerzo en los grupos de uso más altos y de alta prioridad en todos los países", ha dicho el organismo, para avisar de que se espera la aparición de nuevas variantes.
Además, ha informado de que se espera que la inclusión de Ómicron en una composición de vacuna modificada y administrada como dosis de refuerzo amplíe la inmunidad al tiempo que conserva la protección contra enfermedades graves y la muerte.
La lista de uso de emergencia de la OMS de un producto de vacuna con una composición modificada o su aprobación por una autoridad reguladora estricta permitirá a SAGE proporcionar recomendaciones de políticas para su uso.
¿Habrá nuevas variantes?
El objetivo principal de la vacunación contra la COVID-19 es reducir las hospitalizaciones, las enfermedades graves y las muertes, y proteger los sistemas de salud. El uso de vacunas actualmente autorizadas basadas en el virus índice (es decir, el virus que se identificó a partir de los primeros casos de COVID-19 en diciembre de 2019) confiere altos niveles de protección contra los resultados de enfermedades graves para todas las variantes, incluido Ómicron con una dosis de refuerzo.
Ha habido una evolución continua y sustancial del virus desde que surgió el SARS-CoV-2 a fines de 2019, y es probable que esta evolución continúe, lo que resultará en la aparición de nuevas variantes, en particular aquellas con cambios en la proteína espiga. La trayectoria de la evolución del SARS-CoV-2 sigue siendo incierta y aún no se pueden predecir las características de las variantes futuras.
"Dadas estas incertidumbres, puede ser prudente perseguir un objetivo adicional de la vacunación contra el COVID-19 de lograr una inmunidad más amplia contra las variantes circulantes y emergentes mientras se mantiene la protección contra la enfermedad grave y la muerte", ha dicho la OMS.
Los datos disponibles indican que la inclusión de Ómicron, como la variante preocupante del SARS-CoV-2 más antigénicamente distinta, en una composición de vacuna actualizada puede ser beneficiosa si se administra como una dosis de refuerzo a quienes ya han recibido una serie primaria de vacunación contra el COVID-19.