Los vecinos del presunto asesino de los tres hermanos de Morata de Tajuña aseguran que era una persona "muy educada y agradable", pero que en los últimos meses su aspecto se había deteriorado notablemente.
20 Minutos ha hablado con varios de los vecinos de Dilawar Hussein F.C., 'Dany', como le conocían sus allegados, un hombre de 42 años de origen paquistaní y nacionalidad española, que llevaba una vida normal en Arganda del Rey como el propietario de un locutorio.
"Era un hombre muy educado, se reía mucho, era muy risueño y vestía de forma elegante, pero últimamente se había deteriorado y estaba casi irreconocible. Mi hijo lo vio el otro día y me dijo que parecía un pordiosero", asegura una de las vecinas al citado medio.
Una de las últimas personas que lo vio antes de que estallara el caso fue un compañero paquistaní que regenta otro locutorio. Cuando le preguntó si se había enterado del crimen de Morata, Dany le respondió que sí y que le daba mucha pena. Asegura que su aspecto había empeorado mucho, sobre todo, a raíz de su paso por la cárcel, donde estuvo un tiempo por asestar tres martillazos en la cabeza a Amelia, una de las hermanas con la que mantuvo una pelea.
Todo cambió cuando conoció a las hermanas
Según explican los que le conocen, el detenido llevaba una vida normal en Arganda del Rey, pero haber perdido todo su dinero y su posterior paso por la cárcel, acabó por hundirle: "Tenía mujer y dos hijos en Pakistán y estaba tramitando los papeles para traerles a España, pero cuando se enteraron de que estaba en la cárcel, discutieron y se distanciaron", explica un compatriota que conocía a Dilawar.
Todo cambió el día en que conoció a las dos hermanas, Amelia y Ángeles, que acudían habitualmente al locutorio que regentaba para enviar dinero a sus presuntos novios estadounidenses. Al parecer, poco a poco, se hicieron amigas de Dilawar y terminaron convenciéndole de que les prestara 30.000 euros, con la promesa de que le devolverían el doble cuando cobrasen la supuesta herencia que les prometían los estafadores.
El detenido les prestó todo su dinero y a partir de ahí, lo perdió todo. Tuvo que cerrar el locutorio y se fue a vivir con los hermanos a Morata de Tajuña mientras esperaba la supuesta herencia. Al poco tiempo se enteró de que las hermanas habían sido víctimas de una estafa y, por tanto, él también, por lo que empezó a amenazarlas para que le devolvieran el dinero.
Fue en ese momento cuando se produjo el episodio por el que terminó en la cárcel. Acudió a la casa con un machete y discutió con Amelia, a la que terminó agrediendo, por lo que fue condenado a dos años de prisión.
El presunto homicida cometió el crimen un mes antes de encontrarse los cuerpos
El autor confeso del homicidio cometió el crimen con una barra el pasado 17 de diciembre, es decir, un mes y un día antes de que sus cuerpos fueran encontrados con quemaduras y en proceso de descomposición, y pudo hacerlo acompañado de otra persona.
En un auto, al que ha tenido acceso EFE, el juez expone sus sospechas acerca de la posibilidad de que Dilawar pudiese no haberlo hecho solo.
El acusado pasó este miércoles a disposición del titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 5 de Arganda del Rey y, aunque reconoció la autoría de los hechos, dejó algunas "lagunas" en su declaración.
Entre ellas, dónde se desprendió de la barra que dice que empleó para matar a golpes a los tres hermanos o qué empleó para prender fuego a los cuerpos de las víctimas, ya que el magistrado no considera plausible que, como asegura, usase un mechero. Sí tiene claro, sin embargo, que lo hizo "con ánimo de dificultar la investigación".
El magistrado justificó el ingreso en prisión ante el riesgo de fuga, de que altere las pruebas o de que pueda poner sobre aviso a un supuesto cómplice.