La menor, que ahora tiene 17 años, ha incriminado al menos a tres de los seis supuestos autores de la violación, en su declaración ante la sección 22 de la Audiencia de Barcelona, también ha indicado que no recuerda casi nada, excepto algunos flashes, porque tomó varios cubatas y otros que le prepararon en un botellón. Dichos hechos sucedieron en octubre de 2016 en una fábrica abandonada de Manresa.
La joven ha tenido que comparecer protegida por una mampara para que no entrara en contacto visual con los seis acusados de haberla violado y así sentirse más cómoda a la hora de hablar y poder contar lo sucedido. Esta declaración de la víctima es clave para que la fiscalía decida si mantiene la acusación por abusos contra los procesados o la eleva a agresión sexual, añadiendo más años a su condena.
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