'Operación bikini', 'dietas milagro', 'peso ideal'...son conceptos que las mujeres han normalizado en su búsqueda por encajar en los ideales de belleza que imperan en el imaginario colectivo. Estos cánones imposibles impuestos por una sociedad que no acepta la diversidad corporal, sobre todo en las mujeres, tienen un impacto en la salud mental de las personas afectadas.
¿Qué es la violencia estética?
Existen muchos tipos de violencia: física, psicológica y también estética. La violencia estética se define como la presión social por alcanzar un ideal de belleza a cualquier precio, incluso aunque suponga un riesgo para la salud mental y física de la persona.
Las víctimas de esta violencia son, especialmente, las mujeres ya que son ellas las que se ven más presionadas a cumplir con estos prototipos, llegando incluso a someterse a todo tipo de intervenciones estéticas para encajar con unos cánones de belleza imposibles.
La violencia estética no reconoce la diversidad de cuerpos y solo admite un modelo de belleza, que determina cuerpos hegemónicos y deseables. Así, todas las personas que quedan fuera de este prototipo, automáticamente dejan de ser válidas para la sociedad.
Características
Las principales características de la violencia estética son las siguientes:
- Gordofóbica: La violencia estética es gordofóbica porque estigmatiza a los cuerpos no normativos.
- Sexista: Afecta sobre todo a las mujeres, aunque algunos hombres también se sienten sometidos a diversas presiones sociales sobre su aspecto físico.
- Racista: Como en el caso del peso, la violencia estética deja fuera a las personas racializadas que se alejan del prototipo de belleza de persona blanca occidental.
- Edadista: Prima la juventud como un rasgo imprescindible para encajar en el canon de belleza.
- Discriminadora: Solo valida un tipo de cuerpo y rechaza los cuerpos con diversidad funcional.
Consecuencias
La violencia estética desemboca en graves problemas de autoestima cuando la persona no logra alcanzar el ideal de belleza impuesto por la sociedad. El estrés o la ansiedad son algunos de los síntomas que sufren las personas víctimas de esta violencia. Se sienten discriminadas y estigmatizadas y pueden llegar a desarrollar trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que ponen en grave peligro su salud física y mental.
Este tipo de violencia también la encontramos en las aulas. Muchos niños sufren 'bullying' por no entrar dentro de los parámetros 'normativos' de belleza. Llevar gafas, aparato, tener acné o sobrepeso pueden ser motivo de acoso por parte de compañeros de clase con el consiguiente impacto negativo en el autoestima del menor y sus cuerpos en desarrollo.