Son la generación con más canales de información de la historia y precisamente por eso, se convierten en las víctimas perfectas para la violencia de género. La tecnología, a veces aliada, se convierte en esto en su principal enemigo. El 80% de las adolescentes víctimas de violencia de género recibe amenazas o coacciones a través del mundo digital. Los agresores, dice la Fundación ANAR, se adaptan perfectamente a ese medio para usarlo a su favor y eso se junta, explica Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda, con que "la adolescente está en pleno proceso de desarrollo emocional, no tiene perspectiva de riesgo, no tiene madurez ni experiencia vital suficiente para identificar si está viviendo una situación de riesgo".
En el periodo estudiado, de 2018 a 2022, la Fundación ANAR ha atendido a más de 20.000 niñas y adolescentes víctimas de violencia contra las mujeres, violencia de género, sexual, doméstica, física o psicológica. Los casos que más han crecido son las agresiones o abusos sexuales, un 39,4% y los de violencia de género, que suma más de la mitad de las llamadas a las líneas de ayuda. En cuatro años los casos han subido un 87%; ha aumentado la gravedad y ha disminuido la edad. Aunque la mayoría de las víctimas está entre los 14 y los 17 años, "a partir de los 12 años estamos atendiendo casos desde las líneas de ayuda de ANAR. Lo observamos con mucha preocupación porque las menores de edad cada vez a edades más tempranas se están vinculando en relaciones de pareja sentimental", destaca Diana Díaz.
Son casos graves, urgentes, diarios y persistentes en el tiempo
Del alcance de la situación dan muestra otros datos ofrecidos por la Fundación: La gravedad en el 70% de los casos atendidos es alta, la urgencia es alta en más de la mitad de las peticiones de ayuda; la frecuencia, que habla de la cronicidad de la situación, es diariamente vivir esas situaciones de violencia en el 53% de los casos y llevan sufriendo esa violencia más de un año el 62%.
Al analizar el perfil sociodemográfico de las víctimas encontramos que son mayoritariamente familias españolas, formadas por ambos progenitores y casi en la mitad de los casos un rendimiento escolar bajo y también baja satisfacción escolar. Los agresores son sobre todo parejas sentimentales, con edad similar a las de ellas, aunque tres de cada diez agresores son mayores de edad. Coinciden en que tienen una posición de poder respecto a su pareja, estableciendo una relación de dependencia afectiva. En los inicios de la relación realizan comentarios y solicita cambios de comportamiento a la víctima, de forma suave, para ejercer control sobre su conducta. A medida que avanza la relación, este control va en aumento, extendiéndose a todos los aspectos de la vida de las adolescentes.
No piden ayuda hasta que la situación se vuelve extrema y tienen miedo
Al principio iba bien, aunque ya empezaba a recibir algunos comentarios como: "no te juntes con chicos...", "no te vistas así…", "no te maquilles para ir a clase". Es el testimonio de una de las menores en su llamada a la Fundación ANAR. Hay otro elemento que es común en estos casos: la falta de conciencia de las adolescentes sobre su situación como víctimas de violencia de género. "Llaman para hablar de las consecuencias emocionales, pero no porque identifiquen la situación que están viviendo -explica Diana Díaz- y les cuesta especialmente identificar que esta es una situación de riesgo y no sienten, por tanto, que se tiene que proteger y que pedir ayuda, hasta que la situación se torna extrema y tiene tanto miedo por las amenazas que recibe a través del mundo tecnológico que es cuando se decide a pedir ayuda".
La Fundación ANAR ha lanzado una campaña de prevención en todos los centros escolares de España. Bajo el nombre "La violencia contra las mujeres no tiene edad", pretende llevar a los 18.964 centros escolares españoles, llegando a más de 5,5 millones de alumnos/as de primaria y secundaria un conjunto de material didáctico e informativo para sensibilizar y prevenir, así como ayudar a la identificación de menores de edad que puedan estar siendo víctimas de alguna de estas violencias. El teléfono ANAR de Ayuda a Niños, Niñas y Adolescentes es el 900 20 20 10. Dispone además de chat, chat. ANAR.org
