Llega septiembre y con él, la vuelta al cole. Los niños, como los adultos, tienen que retomar la rutina para hacer frente a un nuevo curso escolar. Se acabó la playa y el descanso, en pocos días volverán los madrugones, las clases, los deberes...En definitiva, la responsabilidad.
Este cambio tan brusco puede suponer un trastorno para los más pequeños, afectando a su estado de ánimo. ¿Cómo podemos ayudarles?
Síntomas
Llamamos síndrome postvacacional al conjunto de síntomas que puede padecer un trabajador al reincorporarse a su puesto. Esto también se aplica a los niños en la vuelta al cole.
Los síntomas más comunes son fatiga, falta de apetito, dolor de estómago, tristeza, irritabilidad, trastornos del sueño y falta de concentración. Estos signos son pasajeros. A medida que el niño va entrando en la rutina, suelen ir desapareciendo.
En el caso de que perduren durante mucho tiempo, más de dos o tres semanas, es recomendable buscar ayuda de un especialista para encontrar y tratar las causas del síndrome depresivo.
Consejos para ayudar a los niños a superar el síndrome postvacacional
Cortar con la rutina de las vacaciones a partir del 31 de agosto
Para evitar una transición brusca, es recomendable introducirles en la rutina cotidiana poco a poco.
Los niños suelen comenzar las clases la primera o segunda semana de septiembre (dependiendo de la comunidad). Por eso, lo ideal es que 15 días antes, aproximadamente, corten con la rutina vacacional y comiencen a adoptar los hábitos cotidianos que llevan durante el curso, como adelantar la hora de irse a la cama por la noche.
Recordar lo bueno de la vuelta al cole
Los deberes, las clases y los exámenes son lo más duro de la vuelta al cole para los niños. Por eso, para contrarrestar, hay que recordadles la parte más positiva: volverán a ver a sus amigos, a jugar con ellos en el recreo, e incluso podrán hacer nuevos amigos.
Preparad juntos la vuelta al cole
Hacer participes a los niños de los preparativos para la vuelta a las clases también es muy importante. Actividades como ir a comprar los libros y el material escolar puede ser atractivas para ellos y motivarles para afrontar el nuevo curso.
Animarles a expresar sus emociones
Tras las vacaciones, los niños pueden sentirse tristes o apáticos. Por eso es importante que los padres les ayuden a identificar esas emociones y las normalicen, transmitiéndoles que los adultos también se sienten así.
Actitud positiva
Para ayudar a los más pequeños a adaptarse a la nueva etapa que les espera, es fundamental que los padres adopten y transmitan una actitud positiva ante este periodo de vuelta a la rutina.