La 'vuelta al cole' ha disparado los niveles de contaminación atmosférica en las ciudades, especialmente en Madrid, Barcelona, Valencia y Vitoria. Así, el portal meteorológico eltiempo.es informa de que septiembre, al término de las vacaciones, es el momento de la vuelta a la oficina, a los colegios y a los atascos en las grandes ciudades y señala que esta circunstancia sumada a la situación anticiclónica que "ha imperado en la mayoría del territorio" en la recta final del verano, ha provocado que los índices de contaminación atmosférica se hayan "disparado durante los últimos días".
En concreto, los mayores índices de contaminación ambiental en septiembre los registran Madrid, Barcelona, Valencia y Vitoria, cuyas estaciones de medición de la calidad del aire, han detectado un incremento de las sustancias contaminantes en el ambiente en los principales núcleos urbanos.
Así, ha observado que en los principales núcleos urbanos la contaminación atmosférica ha aumentado de forma notable estos días de modo que ha pasado de una situación "satisfactoria", sin riesgo para la salud, a "aceptable" o nivel amarillo, preocupación moderada para un grupo de la población por parte de algunos agentes contaminantes.
El ICA es un indicador genérico del nivel de contaminación existente en un lugar, sus potenciales efectos para la salud y las recomendaciones que se deben seguir para protegerla. Los principales contaminantes que se miden en este parámetro son las Partículas (PM), Monóxido de carbono (CO), Ozono (O3), Dióxido de nitrógeno (NO2) y Dióxido de azufre (SO2).
El NO2, procedente de la combustión de la gasolina de los vehículos es el contaminante que más se ha incrementado, precisamente, en las zonas urbanas.
Esto, sumado a la estabilidad atmosférica, no ayuda a limpiar las partículas contaminantes de la atmósfera en los últimos días. Incluso en Madrid se puede apreciar en el horizonte la boina característica de contaminación que aparece cuando el anticiclón se instaura durante un periodo largo de tiempo.
Uno de los fenómenos que influyen directamente en la calidad del aire es la inversión térmica. Este fenómeno impide la circulación del aire, lo que hace que ese aire contaminado no ascienda, quedándose una capa de "humo", aunque el cielo esté despejado.
La legislación de la Unión Europea establece que el valor límite de dióxido de nitrógeno (NO2) de 200 microgramos por metro cúbico, que no debe superarse más de 18 veces al año. La ciudad de Madrid lleva incumpliendo esos límites desde 2010.