Joe era el mayor de sus hermanos y tenía un humor curioso, estaba haciéndole bromas todo el tiempo a su familia, y más tarde a su mujer y a sus hijos. Y ellos ahora, han dicho, donde las dan las toman, y han decidido recordarlo con el mismo humor que tenía. La propia funeraria es quien ha compartido el obituario y en él se pueden leer cosas como que sus familiares a menudo tomaban almuerzos con laxante.
También le gastan bromas, cito textualmente "a día de hoy seguimos sin entender cómo convenció a su mujer para estar a su lado y ayudarle con sus payasadas". Llenó la casa de basura y plantas muertas que nadie sabe por qué no tiró, y dicen que es posible que haya un tesoro y aun no lo sepan.
Se puede leer también: "A partir de mañana, sus hijas nos quedaremos para repartir la fortuna y esos tesoros escondidos. Se puede quedar tranquilo porque su legado de insultos quedará para siempre porque le enseño de todo a sus nietos".
Y para acabar invitan a todos los conocidos: "Si quieres acudir a la celebración, te recibirá con sus mejores galas y habrá cena ligera, pero tranquilo, no habrá nada que él hubiera cocinado". Lo mejor es que la familia reconoce que Joe habría odiado un obituario tan largo.