Tal ha sido la demanda de información para saber qué había sucedido con el gato, que el abogado de Assange, ha tenido que salir al paso de todas estas preguntas diciendo que el gato se salvó de la detención. Por lo visto, unas horas antes de que la policía británica entrara en la embajada, el gato fue entregado posiblemente a un amigo del fundador de Wikileaks.
Este felino, que además tiene su propia cuenta de Twitter, se convirtió en toda una sensación en las redes sociales por los cuellos de camisa y corbata que lucía asomado a los cristales de la embajada.