La mujer, Virginia, envió la carta el 4 de mayo de 1945 desde Nueva Jersey, donde residían, al navío de su marido atracado en Puerto España (Trinidad y Tobago), pero la misiva nunca llegó y fue devuelta a su origen.
La carta quedó entonces escondida en la vivienda, y no fue hasta fecha reciente que sus actuales propietarios, Allen Cook y su hija Melissa, la encontraron en una grieta del techo mientras hacían unas reformas. El sobre estaba cerrado.
"El sobre estaba viejo y amarillento. Nunca lo habían abierto. Fue increíble cuando mi yerno empezó a leer. En la carta ella hablaba del bebé que iba a tener", explicó Cook a la CNN.
Melissa acudió a internet para buscar pistas del nombre al que iba dirigido la carta -Rolf Christoffersen- y encontró una coincidencia en Santa Barbara, California. Se trataba de un hijo de Christoffersen de 66 años, y llamado igual que él.
"Alguien llamó a mi oficina. Habían buscado en Google mi nombre porque tengo el mismo nombre que mi padre. Melissa me preguntó dónde había nacido y yo se lo dije. Me contó sobre la carta. Así es cómo pasó", explicó a la cadena estadounidense el hombre, que no había nacido todavía cuando su madre la envió.
Su padre reaccionó así al ver la misiva de Virginia, fallecida hace seis años: "Quedé muy sorprendido después de todos estos años. Estaba muy contento de saber que una carta así existía. Todavía estoy emocionado".
La carta decía así: "Te amo Rolf, como amo el cálido sol, y eso es lo que eres para mi, el sol sobre el que gira todo lo demás".